Gilberto Nieto
Aguilar
El libro “Función
de alto riesgo. La tarea pedagógica de la supervisión escolar”, coordinado
por Oralia Bonilla Pedroza con la participación de varios especialistas y el
prólogo de Serafín Antúnez, Ediciones SM, 2011, pretendió dar una visión a
futuro de la importante función de la supervisión dividiendo sus campos de
acción en la operatividad político-laboral, administrativa, académica y
socio-comunitaria en las escuelas de educación básica.
La supervisión
escolar constituye un elemento clave para la concreción de los fines y
propósitos educativos conforme las orientaciones del sistema educativo (SEN). La
comunidad escolar, a través de los directivos, debe recibir información
suficiente y orientaciones claras para que el tiempo, los materiales educativos
y los distintos recursos sean usados de la mejor manera, posibilitando el
intercambio de experiencias y aprendizajes.
La supervisión es,
en gran medida, una mediadora en la interrelación del director con los maestros
y los padres de familia,con el personal no docente y los alumnos inclusive. Es
coadyuvante decisivo para que la escuela cumpla con su misión institucional,
porque el supervisor es, junto con su equipo de trabajo, quien representa a la
Secretaría de Educación ante la comunidad escolar.
Con base en estos
fundamentos, se afirma que la supervisión es garante de la educación en la
localidad; enlace entre la administración, las escuelas de la zona escolar y la
comunidad; la autoridad de gobierno más cercana a los planteles y la instancia
con facultad y responsabilidad de generar condiciones favorables para que los
maestros realicen de la mejor manera su quehacer docente y los alumnos aprendan
conforme los contenidos que señalan el Plan y programas de estudio vigentes.
Los Inspectores
Escolares atienden lastareas de la supervisión. En la federación siempre han
tenido una dualidad con su cargo, pues por un lado disfrutan de una plaza
escalafonaria de base y sindicalizada, y por otro ejercen funciones que
corresponden a la parte patronal y configuran atribuciones de confianza. Esto los
ha encapsulado en la incomprensión de las autoridades –oficiales y sindicales–para
ejercer a cabalidad su trabajo que, no cabe duda, es muy amplio y variado.
La mejora en la
calidad de la educación escolar está asociada a diversos factores que la
condicionan. Van desde los factores biológicos a los sociales, de la infraestructura
a los psicológicos y pedagógicos. También existen factores no formales, pero de
gran influencia, como los medios de comunicación, información y recreación, las
redes sociales, el internet, las expectativas socioculturales,la idiosincrasia,
la forma en que los gobiernos conducen y priorizan sus actividades, las
estrategias de trabajo de las autoridades educativas y escolares.
Dice Serafín
Antunez, en el prólogo de la obra, que «entre los [factores] más importantes
están las prácticas profesionales de aquellas personas con el encargo jurídico-normativo
y la encomienda de velar porque tanto el funcionamiento de los centros
escolares como el trabajo de quienes laboran en ellos cumplan con los
requisitos de eficiencia, satisfacción, equidad y justicia social».
El libro mencionado
anticipa lo que documentos como el PPI –Perfiles,
Parámetros e Indicadores– ya
establecen de 2014 a la fecha: «transformar las funciones de la supervisión
escolar a fin de que transite de las tareas de control y operación, a la mejora
educativa centrada en las labores pedagógicas». Hasta el momento muchos
inspectores no tienen muy clara esta transición, pero poco podríamos alegar si
algunas autoridades tampoco lo han percibido.
Los inspectores,
bajo esta nueva concepción, en lugar de ocuparse principalmente de transmitir
disposiciones e instrucciones superiores, de ordenar, controlar y verificar
tareas administrativas, deben concentrarse de preferencia en lo que hacían de
manera ocasional: observar, comprender y atender las necesidades de aprendizaje
del alumnado, para conseguir que se cumpla la función social de la escuela como
un derecho de los alumnos a obtener una educación de calidad.
Este momento en que
todavía no se aplica plenamente la “reforma” ni se abandonan las prácticas
anteriores, nos ubica en un entretanto de
indefinición. Al concepto emitido por la reforma sobre “descarga
administrativa” parece que se le confunde con la acción de “descarga de
documentos” de la computadora, pues diariamente se “bajan” cantidad de
instrucciones abrumadoramente administrativas y muy poco académicas, lo que
coloca al inspector escolar entre el ser o no ser de los nuevos fundamentos de
su función.
Los PPI asignan
nuevos significados y funciones a los actores encargados de preservar el orden
académico y organizacional de las escuelas, que en tiempos mediatos deberán dar
resultados académicos en las escuela. El autodidactismo regresa con mayor vigor
como una forma de actualización individual conforme los cursos y talleres
ofertados por la SEP orientan el rumbo del quehacer docente.
El diplomado “Una Supervisión efectiva para la mejora del
aprendizaje de nuestros alumnos” forma parte de esta estrategia nacional
dirigida a los inspectores escolares quienes tienen que vigilar y recomendar
sobre las condiciones de estudio y aprendizaje de los niños en congruencia con
las formas de enseñanza, impulsar el liderazgo académico de los directivos y
fortalecer a los colectivos docentes a partir de la profesionalización de los
supervisores de educación básica, de los directivos y, sobre todo, de los
maestros.
A la supervisión le
corresponde asesorar, acompañar y hacer seguimiento a las actividades del
funcionamiento de la institución y el quehacer de los maestros en el aula. Como
dice Eduardo Andere en su libro “Director
de escuela en el siglo XXI”, Siglo XXI Editores, México, 2017: «No hay
labor más interesante, más profunda y más influyente para el futuro de la
sociedad que la función de educador, ya sea como líder escolar, director; líder
pedagógico, maestro; o líder educativo, autoridad» para apoyar el fascinante
proyecto de vida de los futuros ciudadanos que, como se sabe, siempre es
complejo y desafiante.
gilnieto2012@gmail.com
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