sábado, 30 de diciembre de 2017

Jacaranda

Esperanza Pino Méndez

(Xalapa, Veracruz, 1951)


Licenciada en Letras Españolas. Fue docente durante 42 años en los niveles de primaria, bachillerato y licenciatura de (1968 a 2010). Dirigió por más de 20 años la Academia Regional del Lenguaje y Comunicación, zona Xalapa, donde fundó el programa de educación continua para maestros de bachillerato de la Dirección General de Educación Media Superior. Impulsó también el programa nacional de formación de profesores en técnicas de lectura, redacción y procedimientos para el estudio, promovido por la UNAM, el CCH y la SEP (1989-1995). Es autora del libro de texto Etimologías grecolatinas del Español para bachilleres de la Secretaría de Educación de Veracruz. Maestra fundadora de la Escuela Normal Superior Veracruzana “Dr. Manuel Suárez Trujillo” de Xalapa, donde asesoró el área de español, adecuó programa Lectura y Redacción, Lingüística, Español,  Teoría de la Comunicación y Etimologías Grecolatinas (1987-2004). Como miembro fundador de la Asociación Naturista del Estado de Veracruz, impartió talleres y conferencias sobre herbolaria en Xalapa y la región. Formó parte de la Academia Mexicana de Medicina Tradicional, (1987-2002)     . En la actualidad es integrante de la Red Independiente de Promotores de Lectura y Divulgación Científica de Veracruz y de la Red Independiente de Mujeres Escritoras.




Jacaranda


Primoroso árbol violáceo,
hermoso árbol jocoso,
alegre, jacarandoso
y orgullo de Sudamérica.

Graciosa copa de árbol con
imponente colorido.
Copa vaporosa, majestuosa, soleada
de enorme glamour floral.

¡Jacaranda!
Tu fruto en valvas ambarinas
inspira manualidades afines,
tu tronco fuerte, multiforme
y servicial.

¡Alfombras!
Alfombras jacarandosas
con flores tubulares en tono azul violeta,
matizan y hechizan el césped de los parques.
Calles, aceras y jardines se decoran
con este gigantesco árbol
de ramaje airoso.

¡Jacaranda!
Árbol ornamental
eres una maravilla de color,
un espectáculo estacional.
Árbol romántico, bellísimo,
tu floración primaveral
engalana a nuestra ciudad de Xalapa.

¡Jacaranda!
¡Jacaranda subyugante!,
eres un tesoro…
poético visual.


Tranquilidad

Xareni Reyes Soto

(Xalapa, Veracruz, 1992)


Estudió la Licenciatura en Matemáticas en la Universidad Veracruzana. En 2009 ganó el primer lugar en el estado de Veracruz en el IX Concurso Nacional de Expresión Literaria La Juventud y la Mar organizado por la Secretaría de Marina-Armada de México con el cuento “Color azul que me atrae”. Participó en la antología de cuento y poesía Espejismos y sombras publicada por el Instituto Francisco Xavier Alegre en 2011. Forma parte de las Salas de Lectura “Lecto-club”, la Red Independiente de Promotores de Lectura y Divulgación Científica de Veracruz y la Red Independiente de Mujeres Escritoras. Actualmente estudia la Maestría en Matemáticas en la Universidad de Utrecht, Holanda.



 



 


Tranquilidad


Manantial en la arena

 

Llevo mi mochila a cuestas.
Una bruma densa se levanta sobre Los Lagos.
La leve llovizna invita a abrir una sombrilla.
Mis botas van pisando los charcos.
¡Qué caprichosa es Xalapa!
Ayer ardía
y hoy nos congela.
Así es de cambiante,
así de impredecible,
así es de bella, Xalapa.



Alma fuerte

Itzel Amor García Gutiérrez

(Tampico, Tamaulipas, 1975)


Estudió la licenciatura en Contaduría en la Universidad Veracruzana. Desde pequeña mostró su interés por las artes, participando en concursos de poesía infantil, canto y creación literaria. Ha publicado en el periódico cultural, educativo y literarioTlanestli. En 2013 fue coautora de una guía para los alumnos de Telebachillerato en el área de Contabilidad. En 2013 participó en el sexto Concurso Estatal de Cuento, obteniendo el primer lugar en el género de cuento. Actualmente forma parte de las Salas de Lectura “Lecto-club”, la Red Independiente de Promotores de Lectura y Divulgación de la Ciencia de Veracruz y la Red Independiente de Mujeres Escritoras.






Alma fuerte

¡Alma fuerte!,
procedente de  raíces sinuosas
forjadas de antaño,
tronco carcomido a través del tiempo,
por innumerables adversidades,
y por la lluvia que se deslizó
 a lo largo de tu vida.

¡Alma fuerte!
Combatiente en múltiples batallas,
roble enmohecido, testigo de innumerables torbellinos,
copa de árbol: símbolo sonoro, estancia de nosotros,
que como aves pasajeras, pernoctamos
en algunas primaveras y veranos.

¡Alma fuerte!
Roble, ser grato, proyector de esa hermosa sombra,
bajo la cual descansamos…
¡Amigo entrañable de tantos ríos cercanos!…
¡Eres el mejor de los regalos!

¡Alma fuerte!
¡Brindaste por tantos años,
con jugo del más exquisito vino!...,
la savia de sabiduría filtrándose por tus venas,
y heredándola a tus descendientes.

¡Alma fuerte!, ¡padre!,
hoy, tus ramas generosas
se mecen al compás del alba,
como flautas interpretando sinfonías bellas y libertarias.

¡Alma fuerte!, ¡alma blanca!, ¡alma pura!, ¡roble!,
¡hermoso árbol de amor…
con hojas de esperanza!
¡Hoy, descansas jubiloso de tu ardua tarea!
¡Gran patriarca!...


Orgullo

María Rosa Muñoz Ceballos

(Plan de las Hayas, Veracruz, 1944)


Ha publicado su trabajo poético en Antología Memoria I (Verso Destierro, 2010), Pétalos al viento (2015), y la grabación en CD de Pétalos al viento por Voces de Otoño. Ha participado en revistas, periódicos y programas de radio del estado de Veracruz. Obtuvo la Medalla de Oro en poesía en el VI Encuentro Estatal, Cultural y Deportivo 2010. Fue coordinadora de acciones poéticas del IV Festival Palabra en el Mundo (2011-2013), y promotora de la poesía, directora cultural y teatral en las salas de espera de la Clínica 66 del IMSS Xalapa (2005-2014). Su obra forma parte de la antología del XXIII Encuentro Internacional de Mujeres Poetas en el País de las Nubes, en Poesía en rojo (2015). Es integrante de las Salas de Lectura “Lecto-club”, La Red Independiente de Mujeres Escritoras y otras agrupaciones culturales y artísticas en el estado de Veracruz.






Orgullo


Abuela, dulce palabra
que brota con ternura
del alma de un niño,
para llamarme.

Abuela, otro título
más que me da la vida
y que llevo con orgullo
y con amor.

Tres nietos hermosos,
alegres, inquietos,
inteligentes, estudiosos,
llenos de energía y salud.

Tres varones que son
luz en mi camino
y cuando pienso en ellos
se alegra mi faz.

No fue estéril mi paso
por este mundo,
no morirán mis sueños
cuando llegue el ocaso.

Aryel, Ariel y Satye,
nombres que se deshacen
como miel en mi boca:
hoy, mañana, igual que ayer.



Tu amor

Alicia Soto Palomino

(Xalapa, Veracruz, 1966)


Cursó la licenciatura en Letras Españolas de la Universidad Veracruzana, con estudios de Maestría en Educación en la Universidad Pedagógica Veracruzana. Cuenta con 28 años de docencia en los niveles de secundaria hasta maestría, y ha contribuido de manera entusiasta a la formación de promotores de lectura en el estado de Veracruz. Es compiladora de la Antología de leyendas de Mesa de Calcote, Veracruz (Ivec, 2015) y autora de guías para Telebachillerato en las áreas de Lenguaje y Comunicación y Literatura.
Es miembro de la Academia Mexicana de la Educación, colaboradora de los periódicosTlanestli y del Diario de Xalapa, coordinadora de la Red Independiente de Promotores de Lectura y Divulgación Científica de Veracruz (desde 2008) y coordinadora de la Red Independiente de Mujeres Escritoras. Actualmente, labora como guionista de la Dirección General de Telebachillerato en Veracruz.





Tu amor


Estás parado junto al viento y me sonríes,
tu amor no fabrica engaños.
Tu cuerpo es el cielo
cuando mi dolor se alza y me alejo
con un nudo en la garganta,
Tu cuerpo es el cielo
cuando vuelvo a ti mil veces,
mil… para besarte,
pues eres una inspiración brillante.
Tu cuerpo es el cielo
cuando me exhausta de pasión
y a veces me deja sin alma.
Tu cuerpo es el cielo
cuando me arrebata la ilusión de seguir viviendo,
porque sólo deseo estar a tu lado,
Tu amor es un amor que no se calla,
es una racha de viento
desprendiéndome las lágrimas.
Tu cuerpo es el cielo
cuando sólo puedo amarte de esa forma.
Tu amor es una enorme montaña difícil de escalar,
pero tan bella y sublime a donde deseo llegar.
Tu cuerpo es el cielo
cuando tu amor semeja  estrellas radiantes
en medio deuna oscura noche…plena de ternura y pasión.

Encuentros y murmullos

Lourdes Hernández Quiñones


La reunión de seis voces femeninas en torno a la poesía no es cualquier asunto literario. Sobre todo cuando se trata de la escritura de versos a partir del romance con la palabra y la literatura, ese amor a veces tormentoso, a veces placentero, que da forma a las letras de este sexteto de mujeres de diversas edades y trayectorias: Alicia Soto Palomino, María Rosa Muñoz Ceballos, Elissa Rashkin, Itzel Amor García Gutiérrez, Xareni Reyes Soto y Esperanza Pino Méndez.

El título del libro, Encuentros y murmullos,es una descripción del sentir de estas seis poetas en relación con la escritura y con el ser mujer durante los primeros veinte años del siglo XXI. Es en ese sentido que el título honra a los encuentros de una con la otra, unas con las otras, los que han enriquecido de manera especial su vida; y a partir de tales coincidencias en el tiempo y el espacio, surgen también los encuentros con la poesía y con las y los lectores. Pues si bien la palabra poética les pertenece en el momento de la creación, y se dice casi en secreto, murmurándola apenas, al compartirla con sus lectores deja de ser la palabra propia, para volverse palabra de los otros, quienes se apropian de ella al recorrerla con la mirada y leerla en silencio.

Esta antología es una constancia de cómo la lectura dedicada, apasionada y casi adictiva, lleva naturalmente a la escritura, cerrando un círculo virtuoso que continúa en el movimiento perpetuo de la escritura-lectura-escritura y de la invención de mundos literarios que son la vida misma.

Pero además, el libro Encuentros y murmullos nos permite conocer y reconocer a mujeres poetas que nacen entre la neblina y la lluvia discreta que humedece sus rostros; escritoras que bordan palabras a la par de acariciar los pétalos de las flores y deshojar amores. Son mujeres que sueñan con encontrar a la abuela entre las palabras que guarda el fogón y las voces que son herencia en el calor de la cocina.

Para estas mujeres poetas el amor es alegría en la descendencia, y pasión en la intimidad de la alcoba. Es también la posibilidad de escuchar sus pasos en un camino que las conduce al encuentro de las amigas para guardar silencio entre lágrimas y abrazos.

Si bien cada una tiene una voz propia en la poesía, existen coincidencias en los temas y motivos de sus letras: el júbilo por la abundancia y diversidad de flores que pueblan este territorio de niebla, otorgando aromas y colores a los jardines y parques; las calles empedradas que son un reto para quien deambula por sus subidas y bajadas; los amores idos como recuerdos bien guardados.

Así, encontramos en Alicia Soto Palomino un Vendaval de sentimientos, en el que la constante es la referencia al amante que se va y regresa, el siempre presente, quien en distintas etapas de su vida ilumina su camino y le dan esperanzas para seguir  adelante; asimismo, el amor maternal que ha vivido y gozado con sus hijas tiene una presencia significativa en sus poemas.

María Rosa Muñoz Ceballos agrupa sus palabras bajo el título Murmullos del alma, y así nos obsequia estampas poéticas que se refieren a vivencias íntimas de la vida familiar como la longevidad de su madre,  la fortuna de  ser abuela, un rol que le ha brindado alegrías enormes. Y junto a estos instantes, también nos comparte, con versos bien hilvanados, otros momentos que rondan la tristeza profunda al reconocer la presencia del Alzheimer en su querida amiga.

Elissa Rashkin, con el título Sustento,deambula con inteligencia e ironía por los caminos del estridentismo –uno de sus temas de estudio como investigadora – y nos regala versos que nos devuelven la imagen de Xalapa con sus problemas y bellezas contrastantes y, con ella, la figura de la propia autora como madre severa con ella misma, crítica y luminosa, pero que no deja de lado su amor por México sus tradiciones y su gente.

Itzel Amor García Gutiérrez, en Un encuentro con mi esperanza, estructura parte de su discurso poético en dos figuras que pueden ser la naturaleza o el amor, y a través de la metáfora va tejiendo versos en torno al sentido amoroso; también construye un homenaje poético a su padre a sus orígenes y a su anhelo de ser una mujer feliz.

Xareni Reyes Soto, la más joven de esta antología, con el título Alma viajera nos obsequia varios textos a través de los cuales desnuda su alma de niña y se transmuta, como las mariposas de las que escribe, en una mujer con anhelos de estudio y de retos constantes, enlazados al crecimiento personal y espiritual.

La antología cierra con Esperanza Pino Méndez, quien con el título Meditaciones anuncia ya la estructura e intención de sus versos que guardan un tiempo pausado en el que se percibe el deseo de disfrutar la vida en todos sus detalles. Se trata de poemas muy bien estructurados, con cadencia, ritmo, sonoridad. Aquí también, Xalapa se nos muestra desde perspectivas bien conocidas por la autora, como el Colegio Preparatorio o las noches de neblina. Su vocación como docente enamorada de la palabra y la imagen se reflejan en estos versos escritos en tiempos actuales y nos permiten conocerla más de cerca.

Son sólo algunas menciones de los valores literarios de estos poemas de seis mujeres que al transcurrir el siglo XXI comparten su palabra para propiciar encuentros de la escritura con la lectura, para reinventar mundos y realidades, para amar y ser amadas. Bienvenidas, mujeres poetas a este territorio literario.

¡Que la vida es breve!


Víctor Manuel Vásquez Gándara
¡No lo creo!
¿Para qué o por qué?
El tiempo me ha ofrecido oportunidades para:
Amar con toda la intensidad posible
Sufrir lo necesario y
valorar en toda su dimensión
claroscuro existencial
Pecar.... y arrepentirse,
perdonar y ser absuelto
Leer a los clásicos,
modernos y postmodernos
Escribir biografía propia y ajena,
crónicas o reseñas
Reír hasta colapsar
Padecer ira, odio,
vanidad, orgullo,
pasión... olvido
Saciar apetitos llegando al hartazgo,
incluso de alimento.
Mirar, mirar y mirar -ver, oír y callar.
Escuchar sonidos del silencio,
secretos,  gritos del alma
Aprender lo insospechado, desaprender
Conocer inclusive hasta nuestro interior
Andar por los senderos maravillosos
del mundo real y ficticio
Imaginar sin límites ni barreras
menos aún prohibiciones
Aspirar, oler aromas naturales, artificiales.
En fin, sabia de naturaleza,
del divino Creador,
es infinita, indudable, ineludible
se vive el tiempo que debe vivirse.
Invierno 2017


Poemas del águila zen



Manuel Gámez Fernández

Filo


Este es el filo que traspasa el cuerpo
Que sale de la nada
Como navaja delgadísima y fría
Atraviesa ligera de extremo a extremo
El cuerpo entero
Las piezas del cuerpo
Se desliza sin detenerse
Sacando tajos infinitamente delgados
Como si no existiera
Como si solo fuera un filo
Que se desliza noche a noche
Delgado y misterioso
Cortando el cuerpo.

La ley del eterno fluir


El hombre se mueve
La tierra se mueve
Las plantas se mueven
Los átomos se mueven
El universo se mueve
¿Pero qué es lo que a todos les impulsa a moverse?
Este es un pensamiento fugaz
que a veces uno tiene.

Exquisito señor prohibido


Señor musical hasta el fondo del todo
Con una sola línea cambia todo
Señor de signos
Señor encontrado
Señor de música total
Señor, señor significado.
¡Alto señor de manantiales!
¡Alto señor sónico y prohibido!
¡Señor de alientos cálidos y sabores magníficos!
¡Señor destino fiero!

Ser


Ser, ser, ser, ser
Mirar más lejos
Ser
Como un mar sin fondo
Sin soledad
Un mar sin mar
Un río de alcoholes
Un olor marítimo
Ser destinatario de historias sin fin
Como el azul profundo de los sueños.

Las palabras 

Las palabras son buscadoras
De emociones sordas
De filosos vacíos
Rápidos precipicios al origen
De la nada y la energía.

Las palabras son tiernas
Como la pulpa de unos labios
O también sensitivas
Y tibias
Como senos amados.

Las palabras saludan
Al alba cada día
Trepidan
Sudan
Sueñan
Maldicen
Aman
Cantan
Son potros sin dueño
Salvajes y libres
Nada las detiene
Copulan.

Los cuerpos sólidos


Me intriga
Su vibración oculta
Tras los puñales del enlace
Electro y covalente.

Son como los ojos de los tigres
Escondidos
A la sombra de los matorrales.

Los cuerpos sólidos engañan mis sentidos
Y transcurren callados
Hasta que el tiempo los desbarata un día
Con su mortero
De cuarzo metafísico.


Columna 33






-      Renovación Presidencial
-      ¿Propuestas de Campaña?
 

Por Carlos Lucio Acosta


        
                   VERACRUZ (México-EUM).- Los aspirantes a la presidencia de la república iniciaron trabajos sobre la construcción de propuestas electorales sólidas, convincentes, realistas.
                   Observadores nacionales y extranjeros auguran que la lucha por el control político, económico y social, será demoledora, sin piedad, a morir.
                   El país se encuentra en uno de los peores momentos en materia de credibilidad institucional, de transparencia, de liderazgo.
                   Los elevados registros de corrupción en las tres esferas de la administración pública –gobiernos Federal, Estatales y Municipales --, abrieron la consciencia al ciudadano común y corriente.
                   Los brotes de rechazo a ésta manera de gobernar no sólo llegaron a la calle, sino también obtuvieron  eco en medios de comunicación impresos, radiales, televisivos y de internet del país y en el extranjero.
                   Dos de los aspirantes aún no registrados pusieron el dedo sobre la asquerosa y maloliente llga de la impunidad, de la complicidad, del cinismo.
                   Andrés Manuel López Obrador, dirigente del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y José Antonio Meade Kuribreña, exsecretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), pintaron raya en el momento adecuado de las definiciones.
                   Uno de los temas expuestos por López Obrador consiste en poner fin a la guerra criminal desatada contra el narcotráfico por la torpeza del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
                   Mientras que Meade Kuribreña, abordó la urgente necesidad de enderezar el rumbo combatiendo la corrupción que azota peligrosamente a la estabilidad social del país.
                   Ninguno de los aspirantes a gobernar habló con la ligereza irresponsable característica en políticos de la vieja y de la nueva generación.
                   Sus planteamientos tocaron dos renglones de suma importancia: la creciente inseguridad y el escandaloso desvío de recursos financieros procedentes del erario público.
                   La propuesta de Andrés Manuel tiene sentido si consideramos que la presencia del narcotráfico aumentó debido a los acuerdos históricos entre los cárteles con instituciones de seguridad desde los años veinte, revela en su obra “Historia del narcotráfico en México”, Guillermo Valdés Castellanos, exdirector general del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen).
                   La etapa más crítica del enfrentamiento entre el Estado y el narco, se inició en el gobierno fatídico de Calderón Hinojosa con saldo de más de cien mil víctimas, incluyendo muertos y desaparecidos.
                   La iniciativa de José Antonio enmarca en el trabajo realizado por la Auditoría Superior de la Federación (Asf) y en las investigaciones conducidas por la Procuraduría General de la República (Pgr), en torno al pésimo manejo de recursos financieros de servidores públicos en los gobiernos Federal y Estatales.
                   La información tiene sustento de primer nivel si traemos a cuenta de que la secretaría de Hacienda y Crédito Público (Shcp), es la institución responsable de distribuir las partidas económicas a las entidades federativas y municipios que conforman el país.
                   No se duda de que en las últimas semanas del presente año o en los primeros meses del entrante, tanto López Obrador como Meade Kuribreña, detallen los manuales de procedimientos de sus respectivas y atinadas propuestas.
                   Si analizamos las dos vertientes planteadas por Andrés Manuel y José Antonio, es posible que lleguemos a la misma conclusión.
                   En los once años cumplidos de la guerra desatada por Calderón Hinojosa a los seis cárteles del narcotráfico y a los 400 grupos criminales aliados (2006-2017), se han contabilizado más de cien mil muertos y otros más de los 30 mil desaparecidos.
                   La ofensiva militar va de mal en peor, desde el punto que se quiera ver.
                   Nada más el gobierno de Enrique Peña Nieto lleva 90 mil 634 ejecutados, entre niños, adolescentes, jóvenes, adultos y ancianos, de acuerdo a documentos oficiales y bases de datos consultados por el semanario Zeta, editado en la ciudad de Tijuana, capital del estado de Baja California Norte (12.Marzo.2017).
                   Las ideas de Andrés Manuel, ¿coinciden con las de José Antonio? ¿existen suficientes puntos de enlace?¿hay similitud de inquietudes?.
                   Para muestra un botón.
                  El almirante William Gortney, jefe del Comando Norte de los Estados Unidos de Norteamérica, declaró tajante ante el senado de su país que la corrupción y la filtración de reportes de inteligencia a los líderes del narcotráfico, “… son dos de los principales problemas que enfrenta el presidente Enrique Peña Nieto” (Marzo.2016).
                   Y esto, ¿qué significa?.
                   Que los hilos de la corrupción alcanzaron a políticos, funcionarios, servidores públicos, mandos militares e instituciones del sector privado.
                   López Obrador y Meade Kuribreña, tocaron temas de medular importancia para la pacificación del país a corto, mediano y largo plazo.
                   El tiempo apremia.
                   Los aspirantes más sólidos a la presidencia de la república, hasta el momento, cuentan con siete meses –de diciembre del 2017 a julio del 2018—para formar gabinete con las personas más calificadas en el terreno profesional, de honestidad comprobada y de lealtad inquebrantable.
                   El que gane las elecciones del primer domingo de julio tendrá el honroso privilegio de activar los mecanismos de la Auditoría Superior de la Federación (Asf), de la Procuraduría General de la República (Pgr) e iniciar el proceso de acercamiento con los líderes regionales del narcotráfico.
                   Los resultados preliminares se darían a conocer dentro de los primeros tres meses (de agosto a octubre), para luego formalizar los procedimientos en los siguientes dos meses, noviembre y diciembre de 2018.
                   Esto puede advertir que en los meses iniciales del 2019, dispondríamos de las consignaciones de políticos y funcionarios corruptos y sobre los avances del proceso pacificador con el narcotráfico.
                   Cuestión de tiempo y también de voluntad.
                  
                  
                  
                  

                   Sólo para tus ojos . . .

                   Circula el diario “Vanguardia de Veracruz”, editado en la ciudad de Poza Rica, bjo la dirección general de Eugenio Gómez Lemus y en la dirección adjunta Abel Andrade Licona, seguidos por calificado grupo de profesionales en la comunicación y en la mercadotécnica. Bienvenidos.


carlos.lucioacosta@rocketmail.com



                  
                  
                  

                  



Dos disparos


 Carlos González Guzmán
I
Viajábamos en un ADO del Puerto a Orizaba, había pasado unos días con Cordero en su casa.
Su Mamá nos había dicho:
¿Porque se van si apenas es viernes, ya se aburrieron?
Daniel le contestó; no Mamá, lo que pasa es que queremos llegar a Orizaguas para pasar el fin de semana allá y esperar a que lleguen todos de vacaciones, seguro llegan mañana o el domingo y podremos ir al cine Variedades o al Río Blanco, pasan la película “Goldfinger” de James Bond, y quedamos de acuerdo en ir a verla con los otros cuatro compañeros de la pensión.
La Gestapo no dijo nada, sólo movió la cabeza y siguió limpiando la casa.
Le decíamos así porque cuando llegué y la escuché dar una instrucción marcial con voz de trueno, lo que para ella era una invitación o una recomendación, yo dije en voz baja; ¡Daniel la voz de tu mamá es como de soldado de la Gestapo cabrón!
Se rio mucho y me dijo, ¡no friegues Carlos! si te oye mi madre te mata ¡jajajajajaja! ¡Es que así es de cariñosa! y como ya llevamos toda la semana aquí, ¡pues tiene a quien regañar! pero es muy bonita mi mami. La Gestapo, jajajajajaja! le voy a decir vas a ver, a ver qué cara pone, jajajajajaja!  
Ese día teníamos planeado salir como a las 6 de la tarde, queríamos llegar como a las 11 de la noche a Pluviosilla, pero doña Meche nos sentenció; Quédense a merendar y yo los llevo al ADO, traje unos churros y compré unas bombas en los Portales, ni modo que me los coma yo todos, y si no se los comen se van a echar a perder. ¡Se van terminando la merienda!
Sólo se escuchó el zumbido de una mosca por respuesta, con la mirada nos dijimos, ¡ya se fregó la Francia!
Si má contestó el monstruo. Así le decíamos en la facultad porque Olguita, una compañera rechonchita, chaparrita de Coatzacoalcos, con su voz chillona aniñada le dijo un día recién que lo había conocido; ¡Hay Daniel estás tan grandote que pareces un monstruo!, a él le gustó el sobrenombre y todos contentos.
La mamá del monstruo era una señora muy preparada, sabía de música clásica, le gustaba la ópera, la pintura, la lectura, era una mujer como de 50 años, alta, delgada, blanca, de ojos café claros, de cabellos ondulado entre rubio y canoso, guapa y muy trabajadora.
Durante la merienda platicamos de mi familia, de libros, de escritores, de música,  Daniel le comentó que yo era el representante de cultura de la UV en la Facultad y eso abrió el camino para platicar de José Agustín, Aurelio de los Reyes, José de Molina; la venta de libros editados por la UV a precios muy muy accesibles para los estudiantes de la FCQ, el cine de Chaplin que habíamos llevado a Orizaba, el concierto de la pianista Alicia Urreta que había interpretado la Polonesa heroica de Chopin, etc., en este tema salió a relucir la gran pianista mexicana María Teresa Rodríguez, y doña Meche comentó las clases de piano que había recibido Daniel con la Maestra Chofita de la Hoz, a lo que Daniel le mencionó que la habíamos ido a visitar como ella nos había dicho, que le había llevado sus saludos,  y que yo le había comprado el disco LP que ella había grabado y me lo había dedicado.
Va usted a ver Carlos, me dijo doña Meche, que Chofita es una gran pianista, ese disco tiene algunas de sus composiciones, aquí en el Puerto es muy conocida.
Se terminaron las bombas y los churros y nos sorprendieron las 8 de la noche. Doña Meche insistió que nos quedáramos, que podíamos escuchar música clásica, comentar el disco de Chofita, seguir la plática, ir al cine, etc., etc., pero al fin le ganamos una batalla, a regañadientes nos llevó a la estación de autobuses ADO y nos dejó ahí como a las 8.30 nos dijo que llegando nos pusiéramos los suéteres y que tomáramos un taxi a la pensión para no andar a esas horas de la madrugada en la calle.
En realidad se quedaba tranquila porque sabía que Orizabaches era una ciudad calmada y segura de día o de noche.                             
Salimos a las 9 de la noche.
El autobús estaba casi vacío y pudimos dormir a pierna suelta todo el viaje. No nos enteramos a qué hora había pasado por Córdoba, lo comentamos porque llegamos a Orizaba la una de la mañana y no había más pasajeros de los que nos habíamos subido en el Puerto.
Tal vez había pasado solo de rutina comentamos al recoger nuestras maletas y salir a la calle.
II
Caminamos de la estación del ADO ubicada en la calle Real al departamento que ocupábamos como pensión, hacía un poco de frío y como había dicho la Gestapo nos pusimos los suéteres.
Daniel sacó sus Raleigh y yo mi pipa, me detuve un momento para rellenarla de tabaco con aroma a maple que cargaba en la bolsita de plástico. Haciendo huequito con la mano encendimos cada quien su cerillo en una cajetilla de “La Central”, aspiramos y las volutas de humo se fueron por los aires orizabeños.
Caminamos sintiéndonos cansadones y con algo de hambre.
Pasamos frente al hotel Trueba, y al llegar a los almacenes El Fénix doblamos hacia la izquierda para subir por la calle Madero. El Fénix, era una tienda de ropa de unos españoles, uno de ellos Don Pancho había sido mi tutor en la escuela secundaria en el Colegio México, por eso conocía muy bien ese establecimiento.
El silencio, las lámparas de los postes del alumbrado público, las cortinas cerradas de los establecimientos, la cortina blanca del café Madero, el aroma de la noche, todo se conjuntaba en una agradable tranquilidad que nos daba la bienvenida y  nos hacía sentir como en casa.
El edificio donde estaba el departamento, se ubicaba casi frente al mercado de San Miguel, le llamaban así por estar atrás de la iglesia de San Miguel Arcángel, a un lado del palacio municipal de Orizabaches.
Era un edificio relativamente nuevo, con un portón de dos puertas metálicas anchas negro mate y un marco de granito color rosa. Un foco iluminaba la fachada.
Su amplia entrada iluminada por focos centrales, daba a un corredor rectangular como de dos metros de ancho por diez metros de largo, el cual comunicaba a un pequeño patio que servía de gran recibidor para comunicar a dos departamentos -el 1 y el 2- ubicados del lado derecho, cuyas puertas de entrada, metálicas de una sola hoja, estaban separadas por una escalera amplia con pasamanos, toda de mampostería pintada de blanco, que conducía a otros dos departamentos – 3 y 4- en la planta alta. Un foco ubicado en el primer descanso iluminaba los escalones.
La escalera se continuaba hasta la azotea, en donde se ubicaban 4 pequeños cuartos de servicio de lado izquierdo, frente a las cuales estaban los mecates para los tendederos y los tanques que alimentaban el agua a los cuatro departamentos. 
Entramos al amplio corredor después de abrir el portón que siempre estaba semiabierto, no se podía cerrar porque estaba “colgada” una de las puertas y nunca la habían arreglado.
No hicimos ruido para no despertar al Dr. Osorio que vivía en el departamento 1, el de la izquierda, con su esposa y su hija, una chica como de 17 años llamada Angélica. No había luz en el departamento, indicándonos que la familia descansaba.
Entramos al departamento 2 y prendimos la luz de la sala. Los ventanales de los cuatro departamentos tenían gruesas cortinas blancas que hacían juego con las paredes blancas y contraste con las puertas negro mate.
La iluminación a través de las cortinas era ligera por lo que no nos preocupamos de que se notara nuestra presencia y pudiéramos despertar a la gente de los otros departamentos. Las luces de los departamentos 3 y 4 en la parte superior permanecieron apagadas, señal de que los vecinos dormían.
Dejamos las pequeñas maletas en nuestras recamaras y salimos a la calle para buscar algo de cenar. Podíamos ir a los caldos de Salomé, sabíamos que los viernes cerraban como a las 2 o 3 de la mañana, generalmente ahí nos encontrábamos en tiempos de exámenes, los que acostumbrábamos a desvelarnos un día antes estudiando a la carrera el último día, solo que estaba como a 15 cuadras, muy retirado para esa hora.  
Nos decidimos por los billares Pavitos, estaba cerca y ahí vendían unas tortas de pierna, exquisitas. Las preparaban en bolillos pequeños, las envolvían casi tres cuartas partes en papel china blanco, eran sabrosas y podías comerlas con unos chilitos verdes encurtidos en vinagre con cebolla cortada en trocitos pequeños o en delgadas rebanadas, costaban 75 centavos. Con unas 4 o 5 y una Pepsi, un Squire, un Delaware o una chaparrita de a 50 fierros, quedabas arreglado. De postre una pipa con aroma a maple y podías ir a dormir con la conciencia tranquila y una sonrisa de oreja a oreja. 
III
Apenas habíamos salido del edificio y caminado unos 20 metros sobre la banqueta, hacia la izquierda rumbo a Pavitos, cuando nos percatamos que en la acera de enfrente había una cortina que no estaba bajada en su totalidad, o la habían subido dejando una abertura como de 60 cm del nivel del piso.
Súbitamente se vio un rayo de luz en el interior del local, rasgando momentáneamente la oscuridad casi total en esa área ya que estaba fundido el foco de la lámpara del alumbrado público.
Daniel y yo nos quedamos parados y nos miramos como si la idea de cruzar la calle y ver que ocurría nos hubiera asaltado al mismo tiempo.
En ese momento escuchamos unas palabras que no logramos entender, había en ellas como coraje y prisa, inmediatamente después escuchamos dos sonidos sordos, como si hubieran sido dos disparos hechos con silenciador.
Nos alejamos instintivamente para regresar al departamento. De pronto escuchamos ruidos de alguien que agachándose salía atropelladamente por la cortina. Aparecieron dos tipos, apagaron la luz de una lámpara de mano y cerraron la cortina de golpe, seguían hablando y maldiciendo casi a gritos, “él tiene la culpa por no cumplir” “se lo merecía”, “ya se lo había advertido, conmigo no se juega” “te lo dije a ti también, ya se lo cargó la chingada” ¡vámonos!
Apenas si alcanzamos a llegar a la entrada del edificio. Nos dimos cuenta que los tipos nos habían visto y empezaban a correr hacia nosotros, no pudimos cerrar el portón, cruzamos el corredor y llegamos al departamento, abrimos y cerramos la puerta quedándonos a oscuras. El corazón latía a mil por hora, en unos segundos o minutos se oyeron pisadas, los tipos se quedaron parados al final del pasillo, frente a los departamentos. Las cortinas estaban quietas, las puertas cerradas, los focos de los cuatro departamentos apagados, las salas a oscuras. Lo único que alumbraba un poco era la luz del foco colocado en el primer descanso de la escalera, iluminaba el balcón que daba a los departamentos superiores y un poco a las entradas de los de abajo. El silencio en el edificio era absoluto, afuera en la calle no se oía ningún ruido.
Los tipos se arrimaron a cada una de las puertas de abajo, primero fueron al departamento 1 y cuando se acercaron a nuestro departamento, se pegaron a la puerta quedándose un rato para ver si oían algo, podía escucharse su respiración a través de la puerta como si estuvieran junto a nosotros, después se movieron como si trataran de mirar a través de la cortina, pero no se veía nada.
Escuchamos claramente sus pisadas cuando se alejaron de nuestra puerta y uno de ellos subió a los otros departamentos, oímos sus pasos al subir y bajar las escaleras. Al regresar algo le dijo al que había esperado al pie de la escalera y un momento después escuchamos sus pisadas alejándose hacia el pasillo y la salida.         
Nos movimos lentamente y nos acomodamos en el sofá y en un sillón de la sala. Esperamos un largo rato. Escuchábamos nuestro pulso y nuestro latido, no nos movíamos, pensábamos que a lo mejor estaban ahí, espiando, esperando a oír algún ruido que nos delatara.
Yo sentía que el aroma a maple se había quedado inundando todo el edificio, que podían seguirlo hasta la puerta y saber que ahí estábamos adentro, temblando, mudos, asustados.
Imaginaba que rompían la ventana de la sala y nos disparaban, que no se iban a ir nunca…, que podían pensar que quien los había visto era el Dr. o que nos iban a esperar afuera hasta que saliéramos.
IV
De pronto sonó el teléfono, el sonido del timbre nos despertó.
Daniel estaba más cerca de la mesita del teléfono.
En automático levantó la bocina, se quedó escuchando y de pronto dijo… no mamá no te preocupes, llegamos tarde y no quisimos llamarte para no despertarte… si mamá… no, no te preocupes, todo está bien… si de acuerdo no se vuelve a repetir… adiós.         
Se nos había olvidado llamar a la Gestapo para avisar que ya habíamos llegado.
Doña Meche se había quedado esperando que nos comunicáramos con ella, estaba desvelada y enojada, pero su llamada nos hizo sonreír, ¡bendita voz de soldado, aunque fuera otro regaño!   
No supimos en qué momento se fueron los tipos, ya eran casi las 6 de la mañana.
El estar inmóviles sentados en los sillones de la sala, el tiempo, el silencio, el miedo, el frío de la madrugada, todo hizo que nos quedáramos dormidos, estábamos entumidos y con hambre.
Con la claridad del día y los movimientos del departamento del doctor y de los vecinos de arriba, nos estiramos y empezamos a hablar aún en voz baja, ¿Y ahora qué hacemos?
Decidimos irnos a un hotel y pasar ahí el sábado.
Comimos en la habitación, vimos las películas del canal 4 de la tele, no queríamos salir por miedo a que nos estuvieran esperando en la calle, que nos reconocieran, que nos siguieran al cine o a algún restaurante y usaran su pistola con silenciador.
El domingo dejamos el hotel como a las 11 de la mañana después de llamar al departamento y contestarnos Pepe Kuri que ya habían llegado Manuel Gámez de Jalapa y mi homónimo de Tuxpan, y que Pepe Olivares había llamado de Poza Rica para decir que llegaba como a las 2 para ir a comer todos y después ir al cine Rio Blanco a ver Goldfinger, que lo esperáramos.

V
No dijimos nada a nadie.
Daniel salía un poco antes o un poco después que yo para ir a la Facultad, nos poníamos de acuerdo para irnos en el Garitas o en el Ixtaczoquitlán cada quien por su lado, los dos autobuses urbanos pasaban por la Facultad.
Algunas veces comentamos en la cafetería de la escuela, o en el departamento que sentíamos como si alguien nos siguiera o nos espiara o se nos quedara mirando como si nos reconociera, pero nunca supimos si era cierto o eran solo nuestros nervios.
Los compañeros nunca mencionaron nada de que alguien los siguiera, que les hubieran preguntado algo o que hubieran visto a extraños vigilando la entrada del edificio, cada quien continuó con su vida normal…    
Nunca supimos quiénes habían sido los asesinos, en la nota roja del periódico local “El Mundo de Orizaba” no salió ningún reporte de alguna muerte por el rumbo del mercado en esa fecha, tampoco escuchamos al gritón que vende el periódico en la calle por donde ocurría la tragedia, los vecinos nunca comentaron nada anormal.
Dejé de fumar mi pipa mucho tiempo por temor a que el aroma a maple me delatara.
Chamilpa, Mor., agosto 2016, diciembre 2017     
Para Anita.