lunes, 12 de diciembre de 2016

LA ESCUELA COMO ESCENARIO VIVENCIAL DE VALORES


                                                 José Vitelio García

  En el análisis de la educación relacionada con el cambio social, encontramos la importancia que en ella    tienen los valores políticos considerados como valores referentes al poder.
  La escuela, de hecho, propicia una formación que determina en el ciudadano su posición ante los poderes estatales. Puede fomentar la sumisión, la aceptación, el conformismo  o puede estimular actitudes de participación, de revisión, de crítica, de inconformismo. “ Puede preparar para ejercer el poder o para padecerlo”.
  Obviamente, una escuela orientada hacia la formación de ciudadanos para una sociedad auténticamente humana, deberá formar para juzgar el poder y ejercerlo en su caso, con justicia, con criterios determinados por valores como la libertad, la paz, la concordia y la solidaridad.
  Por ello, es conveniente considerar que la formación en valores es un proceso normativo que articula dos supuestos contradictorios: la subordinación y la elección voluntaria.
  Sabido es que cada norma tiene un contenido específico determinado por la esfera del comportamiento que regula. En este contenido resaltan las referencias axiológicas que orientan y explican las conductas resultantes.
  Así, la norma como obligación externa se convierte en vehículo de valores a través de su función y no por el carácter obligatorio de su observancia. Siempre existe la posibilidad de que en el ejercicio de la norma como obligación externa, el valor, finalmente se interiorice y se convierta en motivación personal.
  La práctica reiterada configura un comportamiento individual específico que propicia por su reiteración hacer propio el valor que implica, de manera consciente, no aleatoria. Este proceso de elección se manifiesta por determinadas preferencias en donde cada individuo recupera y sintetiza las tendencias de la dinámica social y las referencias de una historia familiar e individual.
  Conviene tener presente la premisa de que los valores vigentes expresan necesidades que van de acuerdo con las condiciones de existencia en que cada grupo social produce y distribuye su acervo cultural, social y económico.
  En este campo, cualquier alumno en todo plantel escolar, transita desde la dependencia hasta la autonomía. El hacer por obligación deviene en hacer por convencimiento, del cumplimiento de la norma pasa a la elección y vivencia de valores.
  Casi siempre en un contexto normativo el alumno se forma en valores dentro de ámbito escolar al confrontar la referencia familiar y social más próxima a él, con los valores que la escuela propicia vivencialmente.
  La escuela así, deviene en un espacio social donde el individuo reformula su propia jerarquización de valores. Al cambiarla, cuestiona, agrega y fortalece.



Aquí una última reflexión: ¿ estarán conscientes

nuestros profesores  de educación básica, de la gran

responsabilidad que tienen al desempeñarse como

tales?

  Don Manuel C. Tello,  decía en su cátedra de Pedagogía Fundamental, que los errores del maestro no son como los de otros profesionistas, que  se olvidan o se disculpan, sino que por el contrario, con el tiempo  se acrecientan, adquieren resonancia y se multiplican entre las diversas generaciones de la sociedad.


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