lunes, 7 de noviembre de 2016

El ser que busca su propio ser (Eduardo Nicol)


Alberto Rafael León Ramos
albertoleon@crespf.com.mx
¿Qué ser hombre? Es la pregunta que ha detonando desde la antigüedad variadas respuestas. Si recordamos la respuesta de Aristóteles nos dirá que el hombre es un ζῷον πολιτικόν (zoon politikon); en ésta frase se puede interpretar como un animal que hace política. Eso, por un lado. Pero hay más que inferir de aquella sentencia. Como ser social el hombre tiene la necesidad de vivir en comunidad con otros humanos, por tanto, será un sujeto que sociabilice. Es ese el sentido más exacto de la frase aristotélica, ya que como ser social tiene que entablar diálogo con otros hombres para tratar diversos asuntos que van desde lo más común hasta los más universales e importantes.  El hombre de la Grecia clásica era un ser que necesitaba de la palabra para convencer, es pues, necesita ser un buen orador y en eso le asistía la retórica.  La participación del ciudadano libre en la polis era de suma importancia ya que ahí se dirimían asuntos del bien común y de la justicia; prueba de ello la podemos observar en el diálogo que Platón tituló “El banquete”.  Para la ciencia el hombre es un conglomerado de materia que ostenta una inteligencia, es decir, es un homo sapiens sapiens.  ¿Es suficiente ésta respuesta? ¿se podrá indagar en otra dirección sobre la respuesta que inquiere sobre el ser del hombre? Este breve artículo esbozará de manera general la postura del filósofo Eduardo Nicol.
Para entrar en el tópico del hombre es menester presentar el punto central en la filosofía de Eduardo Nicol: el hombre es un ser de expresión. ¿Qué significa ésta definición tan sencilla? Para poder entenderla es necesario hacer una excursión en su filosofía.  Primeramente, hay que entender que Nicol no ve al hombre como algo fragmentado ya que su postura será entender al hombre como unidad.  “No basta integrar en unidad las funciones psíquicas que la psicología consideraba tradicionalmente de manera aislada; era necesario integrar la presunta unidad constituida por la psique entera con el factor somático, para obtener al hombre completo” (Nicol, 1989; 17)  De esa manera el hombre va ser ante todo unidad. Anteriormente se entendía que el hombre constituida dos o tres partes, es decir, se pensaba que estaba por un lado la razón, por otra el alma y por otra el cuerpo[1], esas tres partes se integraban de alguna forma que no se podía explicar.  De otra manera, la filosofía platónica fue enseñando que el hombre era una mezcla; ya que por un lado estaba la parte concupiscible, por otra la irascible y por otra la racional. De esa manera en la historia de la filosofía el hombre se fue entendiendo como algo roto. Muchos problemas se generaron a la hora de tratar de indagar por el ser del hombre. Nicol parte de considerar ésta distinción errónea para poder generar su reflexión filosófica.   
Ahora bien, Eduardo Nicol entiende al hombre como aquel ser que busca su propio ser. Es pues, algo que está incompleto. Algo que no tiene suficiencia ontológica.   Y luego lanza una pregunta radical “¿Qué clase de ser es el que no sólo tiene idea de las cosas, y necesita de tales ideas para existir, sino que además ejecuta en su existencia ese acto singular, que consiste en comparecer ante sí mismo y formar una idea de sí mismo?” (Nicol, 2013:14) Con esto podemos evidenciar la latente preocupación no sólo por el ser del hombre sino por su actitud de asombro ante sí mismo y ante lo que le rodea.  Con esta aseveración el filósofo vasco tratará de apuntar una característica del ser del hombre. “El hombre es el ser carente de ser: el único al que no le basta el ser recibido para ser en propiedad, cuya existencia consiste en irse haciendo” (Nicol, 2013;54)   Ésta cita nos constata la postura sobre el hombre.  La antropología en Nicol apunta a un ser que no está constituido de forma total por ello siempre va en pos de sí mismo y esto le hace ir forjando su ser en la realidad. ¿No es acaso esta proposición una evidencia de la genuina reflexión filosófica que se gesta entorno al tópico del hombre?
De otra forma, Nicol, se apuntará a que el hombre es aquello que no está oculto. Jamás ha sido de esa manera, por lo cual aquello que se busca está a los ojos de todo, solamente que muchos filósofos se han empeñado en ocultarlo o aniquilarlo[2].   Con esa forma de colegir al ser del hombre se llegan a muchos problemas, el punto está en terminar con esa visión errada de la esencia del hombre, ya que no hay tal ocultamiento u aniquilamiento, al contrario, el ser del hombre es lo más visible. “Es inexacto que sólo percibamos lo contingente; el Ser mismo está a la vista” (Nicol, 2013; 65) Con ello está apuntando a que en la filosofía se había pensado que las esencias estaban debajo de “algo”, detrás de los entes y que era necesario “descubrir o develar” la esencia misma del ente. He ahí lo que apuntaba tanto Heidegger cuando hablaba del olvido del ser. Se empezó a hablar del ente dejando de lado el ser. Un gran problema en la historia de la filosofía. 
Entendido esto hay que dar un paso más.  El hombre tiene un ser  como cualquier otra cosa en el mundo. Las piedras son. Los árboles tienen ser. Los animales poseen un ser distinto a todo los demás. Y en el caso del hombre la cosa no varía.   Pero en el hombre el asunto se vuelve distinto porque el hombre es un ser que ya entiende que es el Ser. Con ello va llegar a la siguiente implicación “el hombre es el ser que habla del Ser” (Nicol, 2013; 72). Es decir, el hombre puede proferir a través del logos lo que es el ser mismo. De esa manera el ser es expresado por el hombre.  De esto se da otro paso para afirmar que la forma humana de ser consiste en hablar del Ser.  Y por ello “en el hombre, el acto de ser distintivo es la expresión” (Nicol, 2013; 80)[3]
En el hombre la distinción fundamental es que es un ser que expresa.  Es un ser expresivo. Presenta ante el mundo y la realidad lo que es él mismo a través de la expresión, es decir, a través del logos de formas muy particulares. También inquiere sobre sí mismo por el logos mismo.  Así pues, el hombre va estar constantemente expresando el ser y esa expresión es algo que le va caracterizar ante los otros seres del mundo e incluso con los otros hombre, ya que cada hombre es particularmente distinto.  La concepción que tiene E. Nicol sobre el hombre y su ser es radicalmente distinta a lo que  se viene dando en la historia de la filosofía.  De esa manera se nos presenta una enfoque radical para inquirir y tratar el tema antropológico. Pero el tratamiento no va ser de una manera tajante o definitoria sino de una manera abierta en donde la pregunta va por delante.
“La comprensión del hombre no se obtiene, pues, meditando sobre las necesidades naturales, aunque éstas parecen ser lo común a todos y en todo tiempo. La comprensión del  hombre  y de su historia no empieza con una certidumbre, sino con unas preguntas…” (Nicol,2013;35)
Sea hasta aquí la breve exposición de las líneas fundamentales en la filosofía de Eduardo Nicol en lo referente al tópico del ser del hombre.

Bibliografía:
·        Nicol,  Eduardo (1974), Los principios de la ciencia, editorial Fondo de cultura económica. México.
·         Nicol,  Eduardo (1980), La reforma de la filosofía, editorial Fondo de cultura económica. México.
·        Nicol,  Eduardo (1982), Crítica de la razón simbólica, editorial Fondo de cultura económica. México
·        Nicol, Eduardo (1989), Psicología de las situaciones vitales, editorial Fondo de cultura económica. México
·        Nicol, Eduardo (2013), La idea del hombre, editorial Fondo de cultura económica. México




[1] Esta visión se origina desde Platón, llega a San Agustín, Santo Tomás y culmina con René Descartes. Incluso en nuestros días se sigue pensando en ésta división del hombre (mente-cuerpo o alma-cuerpo).
[2] Por ejemplo, Martín Heidegger con la famosa aletheia.
[3] Muchas cosas en la vida del hombre son expresión, con esto no se refiere a solo las palabras, sino también las posturas, los gestos, las acciones, entre otras cosas que denotan intriga, seguridad, curiosidad, miedo, etcétera. 

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