jueves, 12 de mayo de 2016

Las frases que te hacen pensar

Las frases que te hacen pensar

Gilberto Nieto Aguilar

En una foto subida al Facebook por la respetable maestra Pilar Pozner, tomada de “La literatura es vida”, se observa una banca de algún lugar público con una leyenda que dice: «El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión». Me hizo pensar en la razón que encierra y preguntarme qué efectos puede causar este tipo de frases bellas y aisladas, algunas contundentes, en el ánimo de un lector.

¿Cómo la interpreta el lector? ¿La analiza, la ubica en algún contexto, mueve alguna fibra de su ser, ejerce algún impacto, modifica o estimula alguna conducta? La era del conocimiento se caracteriza por un exceso de información que a su vez da la impresión de una pérdida en la calidad de recepción e interpretación de ese universo informativo. Es mucho lo que hay que procesar y poco lo que se queda como conocimiento.

Esta frase en lo particular me interesó porque puede dejar muchas posibilidades abiertas o pendientes de incluir. Podría parecernos un sofisma elegante, aun cuando por principio se le concede el valor de la intensión: revela el hastío de la demagogia, de la palabrería sin sentido, del decir sin hacer. Pero deja pendiente que los cambios se operan en el mundo de la mano de la reflexión para darle un sentido, para tomar un cauce.

En el ámbito social se ha dicho que si las palabras convencen, el ejemplo arrastra. Algo cierto que el imaginario colectivo busca constatar confrontando las ideas. El lenguaje es una maravilla que humaniza a la persona, la hace socializar, comprenderse a sí misma y a los demás, crear, modificar su entorno, aumentar su legado cultural y transmitirlo a las nuevas generaciones junto con la manera lógica en que acostumbra pensar.

Otra inferencia podría ser la aseveración implícita de que las buenas acciones son dignas de ejemplo para atraer a las masas. Hitler las atrajo y no era un buen ejemplo. Hoy se atrae a los grandes conglomerados que lo único que leen son los mensajes del WhatsApp y del FB, cuya cultura se funda en los contenidos de las redes sociales. Lo que comes condiciona tu salud, lo que ejercitas condiciona tu habilidad y tu fuerza. En esa misma medida, todo aquello que entra en tu cerebro condiciona tu manera de pensar.

El mundo necesita hacedores que den ejemplo ¿De qué? Para saberlo hay que pensar y opinar. Es cierto que la congruencia entre el decir y el hacer es el ejemplo más sublime del ser humano; pero en un colectivo mudo no se generan condiciones de cambio. Es precisamente el lenguaje lo que ha permitido el desarrollo del mundo, las civilizaciones y la tecnología. Los saberes aplicados han tomado dos rumbos con muchas tonalidades éticas que ocasionan conflictos en la humanidad desde tiempos remotos. Y que lo obligan a pensar para tomar decisiones.

Un bisturí es una excelente herramienta para preservar la vida en manos de un cirujano. El mismo bisturí, en manos de un criminal, es un arma mortal. Esta dualidad, inherente a la naturaleza humana, le permite al individuo construir su futuro basado en el esfuerzo, en la definición y la determinación de su carácter, en el qué hacer, para qué hacer. En el qué siento y en si lo volvería a hacer.

Al día siguiente de leer la frase, escuché en la sala de urgencias del Issste el diálogo de una señora a través del celular. Hablaba muy alto, como presumiendo la conversación, y me llamó la atención cuando dijo: «usted nada más dígame y nos levantamos en armas». Y le insistía «¡Vamos! ¡Dígame!», esperando la opinión del otro para iniciar una acción de liderazgo.

Es, pues, una frase bella que refleja una circunstancia social, muy ad hoc con la era de las redes sociales. Lo que razonamos al leerla puede ampliar nuestro panorama y con ello estaríamos recibiendo su legado. Por último, quiero resaltar que la historia nos da un testimonio claro de los grandes pensadores que han movido al mundo y lo han transformado.

¿Qué sería de la humanidad sin las prédicas de Jesús? ¿Cómo veríamos al mundo sin el pensamiento de Aristóteles, Kant, Marx, Freud, Einstein y muchos otros esparcidos por la faz de la Tierra? Ante el lema de la acción ¿dónde queda el fundamento? Sin él actuaríamos por instinto, irracionalmente. Y la razón es una combinación de la reflexión y la ética que mueven la emoción y el sentimiento para interpretar al mundo... y para actuar. La educación encuentra en esta esencia un motivo de ser.


gilnieto2012@gmail.com

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