viernes, 11 de diciembre de 2015

Eternamente y el romanticismo

Víctor Manuel Vásquez Gándara

“Amar a una persona toda la vida es como se dijera que una vela puede arder eternamente”,
Sonata a Kreutzer
Leon Tolstoi
Escritora Piedad Hernández Bueno
Maestra Blanca Luz Amezcua
Apreciado Marco Antonio Figueroa Quinto
Compañeros de la Academia Mexicana de la Educación Sección Veracruz
Admiradas integrantes del Club Escritoras de Xalapa
Amables asistentes
Entre la disyuntiva de presentar actividades de interés en la Academia Mexicana de la Educación Sección Veracruz y buscar no ser o parecer exageradamente protagónico me vi inclinado hacia la primera y aceptar la atenta invitación de la escritora Piedad Hernández Bueno  a realizar comentarios sobre la novela Eternamente.
Conocí recientemente a la escritora, aunque al leerle llegué a conocerle más: sensibilidad, carácter y aspectos axiológicos característicos de ella. Por supuesto su placer, gusto, por la creación literaria.
Escribir una novela es una experiencia única, publicarla, admirable desde diferentes aspectos. Mirándola como lector quiero comentar, entre otros temas, el tratamiento que comparte Piedad literariamente: relaciones amorosas y sus implicaciones.
Antes me detengo momentáneamente en el título. Adorno en su extensa obra Notas sobre literatura dedica un ensayo a este asunto: Títulos Paráfrasis sobre Lessing. Serie de argumentos contundentes referidos a la complicada tarea de elegir el título a un texto literario o cualquier otro. Algunas ideas expuestas allí son: ¿Qué se piensa con él? Cita Adorno “Propiamente hablando, en el título se repite, se condensa, la paradoja de la obra de arte.”. Eternamente cumple los cánones con este título.
En función a la primera premisa pienso: No hay amor más duradero que el amor no correspondido frase acuñada hace tiempo precisamente para definir el sentimiento despertado, jamás olvidado, por un amor no culminado o llevado a su clímax, culminación ajena a la propia voluntad. Eternamente dirige a pensar en ello.
Eternamente somete a consideración del lector un problema existencial desde la óptica femenina. Desde la otra mirada he leído: Honorina, de Balzac, Madame Bovari de Flaubert, La sonata de Kreutzet de Tolstoi y recientemente El Último encuentro de Sandor Márai. Ellos abordan en diferentes épocas y contextos el tema del matrimonio, amores y desamores, infidelidad. Específicamente sobre el amor me cautivaron las obras de Virgilio y Erich Fromm: El arte de amar. Si han observado, esa vasta bibliografía  está aportada a las letras por el género masculino. Este señalamiento no tiene la intención de provocar un debate el cual llevaría bastante tiempo y del que no se llegarían a acuerdos. Deseo en cambio recordar la conclusión escuchada infinidad de veces, reflexionado escasas: la mujer y el hombre piensan diferentes. Los hombres son de marte las mujeres de venus, cita el título de un libro.
Sor Juana Inés de la Cruz, Rosa Montero, Doris Lessing, Rosa Montero han abrevado en esta y otras temáticas. Bajo esa premisa leo detalles, preocupaciones femeninas en Eternamente: en la historia de Alicia se plasman realidades actuales, también se observa el problema existencial del amor, la insoslayable influencia del destino, caprichos, cruel a veces.
Invito a ustedes, leer a Piedad, su novela plantea diferentes situaciones de la convivencia familiar, desafíos de pareja, planteamientos inherentes, las sensaciones del amor, los hijos y el lazo indisoluble con padre o madre de ellos, hasta situaciones de salud, prevención. Conduce reflexionar, replantear: ¿Cual es futuro de una mujer divorciada?, desde la perspectiva de madre de familia hasta profesionalmente. Se cuestiona aquí ¿Puede enamorarse nuevamente?, ¿Guardar rencor ante una infidelidad, odiar, perdonar? La escritora en 85 páginas comparte en la brevedad estos y otros tópicos. También trae a mi memoria Veinticuatro horas en la vía de una mujer obra clásica de Stefan Sweig.
Regreso a Tolstoi quien asegura en la obra ya citada que sólo en las novelas el amor es para toda la vida. No adelantaría el final de la obra de Piedad presentada ante ustedes, a cambio comparto: en el amor, por fortuna, hay historias verídicas como las experimentadas por mí con finales felices, otras, no el deseado, sin embargo insisto en la metáfora: El destino une o separa a las personas pero no existe fuerza tan poderosa que haga olvidar los momentos felices vividos.


Blanca Luz Amezcua

En esta novela, se rescata el romanticismo, que ya se está perdiendo, en una relación de pareja, tal vez por los tiempos acelerados en que vivimos, por lo que los protagonistas no estuvieron ajenos a: la traición dolorosa que causa un rompimiento.
Esta novela tiene la característica de ser descriptiva; los caracteres de los personajes, del entorno que nos hace vivir junto con ellos, los paisajes de los lugares donde se desenvuelve.
La novela también nos despierta la conciencia sobre la responsabilidad que se debe tener sobre la salud y en el trabajo que realizamos como profesionistas para alcanzar la superación personal.
Gracias Piedad por los momentos agradables que nos haces disfrutar en esta literatura


Piedad Hernández Bueno
En la consulta diaria de la clínica de atención psicológica de los servicio s de salud donde yo laboré prodominaba la problemática de las mujeres violentadas haciendo hincapié que la violencia es un comportamiento aprendido que tiene sus raíces en la cultura, se desprende desde la niñez y se transmite de una generación a otra a través de la familia con la creencia de que es una conducta natural, es por eso que en esta novela de corte romántico se aborda la temática de la violencia psicológica en donde las palabras tienen poder de herir con insultos, comparaciones, rechazo, sarcasmos y burlas que causan estragos en la autoestima de la mujer orillándola a la depresión y con ideas suicidas culminando a veces con la muerte, como menciona el doctor Lammoglia en su libro La violencia está casa.
En la novela eternamente nos encontramos con Alicia la protagonista, mujer rebelde por naturaleza quien vivió en su infancia la violencia intrafamiliar y psicológica, más tarde fue una defensora incansable de los derechos de las mujeres y de la equidad de género, sin embargo en su relación de pareja se vuelve a repetir el ciclo de la violencia, es entonces cuando ella lo enfrenta con valentía rompiendo las cadenas y si quieren saber más sobre el desenlace, los invito a leerla.
Psicóloga Piedad Hernández Bueno
Xalapa, Ver., a 13 de noviembre de 2015

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