lunes, 9 de noviembre de 2015

Una visión empírica del Periodismo cultural


Víctor Manuel Vásquez Gándara
Coscomatepec, Ver., 27 de octubre de 2015.

Agradezco muy sinceramente la invitación para charlar esta tarde en este Pueblo mágico, no por designación oficial reciente, sino desde siempre. Hace años que le he visitado en diversas etapas de mi existencia, recientemente nos deteníamos a comer las tradicionales carnitas, aun cuando casi soy vegetariano por cuestiones del ácido úrico y colesterol, proveniente de Fortín de las flores, posterior a ejercer mi práctica docente en la Maestría Tecnologías aplicadas a la educación que ofrece el Centro Regional de Educación Superior Paulo Freire.
También tuve referencias del lugar  a través de mi hermano quien estudió en La Apostólica, seminario religioso con sede en Teocelo, Veracruz. Jaime tuvo un compañero que le decían Cosco por su origen, allá por 1960.
Hace unas dos décadas fungí de enlace entre el periódico Gráfico de Xalapa y el H. Ayuntamiento Constitucional de aquí. Aprecio el lugar por su cercanía con la naturaleza, su arquitectura, limpieza y hospitalidad de sus habitantes.
La intención de esta charla que titulado Visión empírica del periodismo cultura, es expresar cuál es mi mirada de esa actividad, cómo la percibo, experimentada y vivida durante un poco más de cinco años, tratando de resumirla en tres aspectos:
a.      Objetivo
b.     Producción, y
c.     Promoción y difusión.
Respecto al objetivo del periodismo cultural, lo considero, actividad para cubrir necesidades de escritores y lectores. Necesidades de expresar, compartir, investigar, plasmar sensaciones, emociones, sentimientos; conocimiento, información, así también descubrir las diversas formas de pensar rompiendo barreras de tiempo y espacio.
Reflexionando acerca de la escritura y escritores he deducido: Sí recordar es vivir, y escribir es recordar, entonces escribir es vivir. En ese orden de ideas escribir se convierte en una necesidad y hacer nuestra vida, tal vez, más placentera. Aurora Ruiz Vásquez, por citar un caso, colaboradora de Tlanestli, está viviendo su décima década, postrada en su silla de ruedas, conectada al oxígeno. Le visité el miércoles anterior. Está en espera de recibir de la imprenta Recuerdos, su última novela creada: leyó en estos días El hombre es un gran faisán en el mundo de Herta Muller, premio Nobel en literatura 2009, e inmersa en crítico estado de salud, ya envió su colaboración para la edición de noviembre 2015. Es evidente, hay quienes consagran su vida a escribir, otros, otras a leer.
Juan Domingo Arguelles Escribe, en el prólogo de la antología poética publicada por Editorial Océano en coordinación con Sanborns, argumentando la obra: “…dotar a la bibliografía nacional de obras indispensables de referencia y consulta que, además, despierten el interés de un sector de la población potencialmente lector, objetivo sin duda ambicioso.”.
Jesús Jiménez Castillo, en la Mesa redonda sobre periodismo cultural celebrada con motivo del cuarto aniversario de Tlanestli –octubre 2014- mencionó en su participación, publicándose en el ejemplar 51:
“‘Periodismo’ es una palabra de uso común en nuestra vida cotidiana, pues con ella hacemos alusión a los medios informativos y comunicativos que dan cuenta de los acontecimientos que ocurren en nuestro entorno inmediato, y también de otros ámbitos de carácter regional, nacional e internacional. El término periodismo deriva del latín periodicus que hacía alusión a las actividades que se realizaban de manera cíclica y con sentido. De esta manera, por extensión, dicho término se utilizó para referirse a las publicaciones que aparecen regularmente como fuentes de información, y en las que se incluyen los periódicos diarios, semanales, mensuales, semestrales y anuales.”.
Olga Fernández Alejandre, a su vez, expresó en el mismo evento:
“Intentar una definición  concreta de qué es periodismo cultural, es quizá referirnos a la cultura misma; también el término cultura se ha analizado desde diferentes disciplinas, pero sobre todo de posturas ideológicas.
Edwar Taylor comenzó a desarrollar la noción de cultura allá por 1871, donde fundió el conocimiento, con creencias, moral, arte, leyes y hábitos del hombre en una sociedad.
Un buen número de estudiosos,  afirman que todo tipo de cultura nos lleva a la educación y formación que recibimos en nuestra casa, escuela, trabajo y hasta en la calle.
Para otros, está estrechamente ligada con manifestaciones artísticas, y solo llegan a un grupo  un tanto elitista. Incluso, hay quien dice,  que es una actividad que busca informar, interpretar, denunciar, criticar o reflexionar acerca de nosotros, y de la sociedad abrevando de las letras, las humanidades, las ciencias y la cultura en general.”.
En relación a lectura y lectores, coincido con Jorge Volpi cuando cita en su obra Leer la mente: quizá leer novela, cuento, literatura no nos haga mejores personas, sin embargo contribuye a entender el mundo, entender a los demás y entendernos a nosotros mismos. Nyenhuis, Ricoeu, dos hermenéuticos a quienes admiro y he leído parte de su trabajo: Literatura y hermenéutica, Conferencias, afirman que la literatura es fuente de conocimiento, de ese conocimiento que la ciencia se ha querido apropiar. Aseguran que no sólo el método científico aporta conocimiento, también la literatura. Quién no se ha identificado con personajes, situaciones. Diversos problemas existenciales del ser continúan planteándose, igual ahora en los albores del siglo XXI, a los de la edad media, en contextos diferentes.
Se ha expresado: un buen lector es un buen escritor. Mónica Lavín editó el libro Leo luego escribo. Yo agregaría: Leo, escribo, entonces publico. Es precisamente este último proceso uno de los objetivos a proponerse por el lecto escritor de manera consciente: publicar. En el entorno educativo, específicamente en la investigación, se obliga a publicar su producción. Infortunadamente se burocratiza el compromiso y sólo se publica en algunas ocasiones en revistas o ediciones indexadas para cumplir con la “cuota obligatoria”. En la literatura no es así. Se hace con al afán de compartir el pensamiento.
En el año 2010 pensando en cómo conmemorar el centenario y bicentenario de la Revolución e Independencia de México llegué a la conclusión de celebrarlo con una acción, además de la euforia por nuestra gastronomía acompañada de la gran variedad de bebidas tradicionales: tequila, mezcal, charanda, pulque. Algún proyecto había que realizar. Surge así Tlanestli con la Misión utópica de divulgar contenidos educativos, literarios y culturales producto de analistas e investigadores  críticos, que provoquen la reflexión en los lectores, y los motive a contribuir en la solución de la problemática social. Y la Visión de constituirse en una publicación que sea espacio de discusión, en donde las intersubjetividades de lectores e investigadores generen nuevo conocimiento.
Es a partir de ese comienzo en donde transitamos a la siguiente fase: producción. La producción del periodismo cultural implica obviamente generación de contenidos, esencia del mismo, elemento fundamental para crear el interés del lector y en cierta forma garantiza la permanencia del medio. La disyuntiva oscila, entre el elitismo de publicar con un rigor extremo ya citado al referirme a publicaciones indexadas, criterios para muchos de los aquí presente ya conocidos, o abrir el espacio a todos aquellos interesados en publicar. En mi función de editor decidí constituir Tlanestli en un foro plural de expresión sin distingos ideológicos, intelectuales o cualesquier otro: participan escritores consagrados, autores de libros, galardonados con premios en diversos géneros literarios: Raúl Hernández Viveros, Juan Hernández Ramírez, Olga Fernández Alejandre, Alicia Soto Palomino o Marcelo Ramírez Ramírez. También colaboran estudiantes de pedagogía, por ejemplo, Eliana Cervantes Castillo joven poeta. Surge entonces un cuestionamiento más ¿Cuál es uno de los desafíos mayores del periodismo cultural?: Capacidad de convocatoria. La producción literaria es vasta, a pesar de ello no todos los escritores, las escritoras están dispuestos a compartir su creatividad, su intimidad…
En esa época cibernética publicar se convertido en una cotidianeidad. Las opciones son múltiples: las ya comunes páginas web, la propia red en donde encontramos infinidad de publicaciones; los blogs como el de Tlanestli.blogspot.com. en lo personal he estado involucrado en el mundo editorial y de las artes gráficas desde el año 1973, un poco más de 40 años: Diario de Xalapa, Gráfico de Xalapa, Editorial foro fiscal. Transité desde la actividad administrativa hasta la periodística, desde lector, escritor hasta editor.
Dentro del proceso de producción he experimentado la problemática relacionada con el diseño e impresión de medios. En 1983 edité de manera independiente la primera revista: foro fiscal, revista especializada en impuesto, economía y finanzas. Retornando al tema anterior, en esa revista se convocó a miembros del Colegio de Contadores Públicos de Xalapa, funcionarios y empleados de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público e integrar así el contenido de la publicación.
Ahí experimenté lo relacionado con el financiamiento requerido para editar. Hoy en internet el costo es mínimo. Imprimir representa invertir en diseño e impresión: aun contando con la infraestructura, como es mi caso, debe pagársele al impresor, adquirir el papel, las tintas, láminas y todos los insumos necesarios. La distribución que ya forma parte de la promoción y difusión, en términos técnicos: circulación, también representa costos en tiempo y dinero.
El tercer aspecto de esta perspectiva empírica del periodismo cultural es lo inherente a la difusión y promoción. Curiosamente los propios medios, y refiriéndome a Tlanestli, complementa el ciclo. Interesado en difundir y promover la publicación desde su fundación mes a mes he venido entregando de manera personal cada uno de los ejemplares. Al inicio un millar de ejemplares los distribuía entre lectores potenciales: en la Secretaria de Educación de Veracruz recorriendo los diferentes departamentos: comunicación social, Gilberto Nieto Aguilar, Alberto Ruiz Quiroz, Xóchitl Osorio, Manuel Gámez, Héctor Luis Soto, Ariel López Álvarez... En la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, Universidad Pedagógica Nacional, ahí conocí al maestro Héctor Martínez Domínguez, en la Universidad Pedagógica Veracruzana con Luis Gerardo Martínez, Universidad Veracruzana en los diversos institutos de investigación, facultades de economía, contaduría, derecho. Centro Regional de Educación Superior Paulo Freire: Cempoala, Tierra Blanca, Martínez de la Torre, Platón Sánchez, Huaycocotla, Fortín, Santiago Tuxtla. Con miembros de la Academia Mexicana de la Educación. También en diversas organizaciones de escritores: club de escritoras de Xalapa, Grupo de poesía Jaime Pasquel Brash, Poesía sin permiso, Cartas al Coronel. Clubes de oratoria y liderazgo Toastmasters internacional, Radio Televisión de Veracruz, radiodifusoras comerciales, Radio Universidad...
La entrega personalizada se constituyó en una experiencia muy satisfactoria. Además de construir amistades nuevas, la oportunidad de servir a lectores y escritores.
Desde el principio -2010-  fue creado el blog y hasta la fecha lo han visitado 181 y un mil ocasiones aproximadamente incluso lectores del extranjero: Alemania, Francia, España y de diversos países de Sudamérica: Chile, Colombia, Argentina...
Se ha complementado la difusión a través del formato en pdf. El atractivo en éste es el colorido de imágenes.
Para concluir expresaría: el periodismo cultural cumple una función social relacionada muy íntimamente no únicamente con un aspecto intelectual, sino más bien humano y se constituye en compromiso de todos, cada uno desde su ámbito: como lector, como escritor y como editor.


No hay comentarios: