lunes, 9 de noviembre de 2015

El movimiento inquilinario de Veracruz 1922. Conciencia de una época




Javier Ortiz Aguilar.

El libro que hoy se presenta fue publicado por primera vez en el año de 1976  por la Secretaría de Educación Pública, en su colección SEP-setentas. En esta serie publican reconocidos intelectuales y escritores noveles, cuya única coincidencia son las ciencias sociales vistas desde la óptica de las novedosas teorías de la época. Su segunda edición corre a cargo de la Editora de Gobierno del Estado de Veracruz en el año 2008.
          Subrayo las fechas, porque esta reunión, más que una presentación de un libro parece un recurso para estimular la nostalgia. Y puede serlo, Puesto que toda historia al dar cuenta de un acontecimiento, pone en evidencia las preocupaciones de la época en que fue estudiado; en este caso en los últimos años de los sesenta se inició esta investigación, en un tiempo que a muchos nos tocó en suerte vivir. Y si ese pasado creo las condiciones de posibilidad de nuestro tiempo actual, es posible pensar que esta lectura puede llevarnos a la nostalgia del pasado, pero también tomar conciencia de la existencia social y  el marco  de posibilidades de futuro.
          Al autor, amigo y compañero de la Academia Mexicana de la Educación le toca vivir en la Facultad de Historia los últimos años de la década de los sesenta. Un periodo donde no se percibe con claridad una contradicción, por una parte una tradición marxista, especialmente en todas las carreras de ciencias sociales y por otra, gracias a la derrota de la huelga ferrocarrilera, que anula a la clase obrera como sujeto de la historia, la contradicción social sufre un desplazamiento hacia los sectores medios de la sociedad: primero la huelga de los médicos en 1961 y después los estudiantes poblanos, tabasqueños, michoacanos, sinaloenses, etc.; No obstante se seguía mirando al pasado como si la clase obrera fuera la vanguardia.
          Desde esta perspectiva Octavio estudia acuciosamente un movimiento radical en tiempos de la consolidación real del Estado producto de la Revolución Mexicana
          El ´proceso es conflictivo que señala, por ejemplo, los gobernantes del Golfo, enfrentados a la fuerza militar de Veracruz, Tejeda mal visto por Obregón, etc, pero que su perspectiva no le da importancia a estas contradicciones secundarias, por el contrario, nuestro autor  centra su atención en el movimiento en inquilinario
En otras palabras: esta limitación responde a la época. Ninguno de los estudiosos de este movimiento trata el contexto político. El reduccionismo del análisis conduce a errores estratégicos. Por otra parte es necesario subrayar la falta de fuentes bibliográficas sobre este tema: solo hay un libro: “La rebelión de mujeres” de Arturo Bolio, notable escritor y político yucateco y dos ensayos históricos, uno de Rafael Ortega localizado en su libro “las luchas proletarias en Veracruz” y otro de Mario Gil  que forma parte de la obra “Episodios Mexicanos”. La ausencia de fuentes obliga al autor a trabajar como historiador, a decir de Jean Mayer, a usar la tecnología de la época, la cámara fotográfica y la grabadora. Así combina la profesión de historiador con la del  periodista, pues gran parte del libro es producto de entrevistas con la esposa de Herón Proal, dirigente natural del movimiento, sobrevivientes de la lucha social, testigos. Por otra parte diversifica su consulta en archivos públicos y personales, hemerotecas. El historiador abandona el gabinete para buscar la información en el “campo” 
La entrevista la incorpora como un medio de recolección de datos, Osacar Lewis, en un libro que conmovió los años sesenta,  “los hijos de Sánchez”. Posteriormente Jean Meyer la utiliza Jean Meyer en esa obra que causó gran polémica, “La Cristiada”.
Con la herramienta teórica de la época marca el contexto que da sentido al origen y desarrollo del conflicto inquilinario en Veracruz hasta su represión. No obstante no es un discurso donde los conceptos impidan comprender la vitalidad del acontecimiento, hay una descripción que hace evidentes las estructuras y los proyectos Estado en proceso de consolidación, así como de las distintas tendencias del movimiento popular-
La crítica de la época al libro fue positiva. Tal vez porque los años setenta fue una década de grandes movilizaciones populares, o porque los historiadores estaban en búsqueda de nuevos objetos de estudio. Lo cierto es que Sergio de la Peña, distinguido maestro de la UNAM, publica en la revista Historia y Sociedad, dirigida por Enrique Seño, una reseña crítica de este libro, Si bien en ella marca sus diferencias no deja de manifestar sus elogios invitándolo a continuar la investigación hasta 1932 año que se disuelve el sindicato de inquilinos. También el Director del Centro de Estudios internacionales del Colegio de México publica en la Revista Foro Internacional una reseña donde afirma que este libro es la investigación más profesional que se ha hechos sobre el tema, También es válido señalar que  Paco Taibo II cita con frecuencia a Octavio en sus historias sobre la historia radical en México.
Terminaré mi intervención con esa idea de Marc Bloch, historiador que influyó mucho en los años setenta: La historia  también tiene su historia. Cito de memoria, una de sus frases “la historia al igual que los hombres, se parece más a su tiempo que a sus padres”. El movimiento inquilinario de Veracruz 1922 es una forma de historiar de aquella época que aún recuerdo  con nostalgia-

Muchas gracias por su paciencia.


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