lunes, 9 de noviembre de 2015

Descanse en paz


Doña Dary

Con la anuencia de nuestros lectores, para quienes está dedicado el esfuerzo de todos aquellos que hacen posible editar mensualmente -hasta ahora- Tlanestli, dedico estas breves líneas para homenajear muy modestamente a la Sra. Doña Dary Gándara Bello, tía mía, quien a partir de las siete de la mañana del 24 de octubre de este 2015, a la edad de 91 años, descansa en paz.
La Dama de la triste figura, como de autodenominó hace unos meses, para mí fue una segunda madre -similar sentimiento guarda innumerable gente, incluyendo personas a su servicio-, brindándome siempre amor, comprensión, cariño y hasta admiración por mis actividades. Ella valoraba, expresando gran orgullo por mi labor editorial y periodística. Esto lo externo, sin afán de presunción, mas bien con la intención de hacer evidente que únicamente una madre -también el padre- siente orgullo por el logro ajeno, incluso sobrevalorándolo en ocasiones.

Su vida, objetivamente analizada, no fue nada diferente a otras: tuvo logros económicos, sociales y hasta políticos; padeció azares del destino en su vida matrimonial. Sepultó a cinco de sus seis hijos procreados; viajo al extranjero; leyó, escribió, publicó; fue dueña de una fe infinita en la religión católica. Su carácter férreo contrastante con su sensibilidad ante el dolor del prójimo, probablemente le otorgaron esas vivencias la fortaleza suficiente para mantener el optimismo hasta su muerte Descanse en paz.

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