jueves, 14 de mayo de 2015

Monólogo del maestro ante el niño



Raúl Ferrer

A Belarmino Castilla

Niño, niño:
si es amarga esta copa de verdades
que sin querer derramo aquí,
échame la culpa a mí.

Si ignoras que en la lluvia, el sol y el viento
cuaja el futuro para ti,
que eres dueño del cielo y de la tierra
que se encienden y paren para ti,
échame la culpa a mí.

Si no supieras distinguir entre una gota
de sangre y un rabí,
échame la culpa a mí.

Si te dije que hay pobres en el mundo
porque siempre fue así;
que el girasol que cuida tu vecino
es más flor que tu mínimo alelí,
y que está hecha de perdón y olvido
la rosa blanca de José Martí,
échame la culpa a mí!

Si te crees que es toda la victoria
la que a caballo conquisto mambí;
que esos héroes que adoran las paredes
sólo flores esperan desde ahí,
échame la culpa a mí!

Por todo lo que ignoro. Sí.
por todo lo que ignoro,
y por lo que sabiendo no te di,
aunque tu mamá te diga que perdones,
échame la culpa a mí!

1957



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