lunes, 13 de abril de 2015

Editorial


Centenario de Gregorio Samsa

Deduciendo el pensamiento de Franz Kafka, más allá de los límites en los que la mayoría nos circunscribimos, quizás imaginó el centenario de Gregorio Samsa. La presunción únicamente se hace para enfatizar esa característica distintiva de mentes preclaras. Si fue capaz de imaginar La metamorfosis entonces es muy probable ideara lo más increíble. Así lo han referido escritores connotados: Nabokov, Borges, Onetti, citando la obra, evidentemente inseparable de su creador.
La crítica literaria es contrastante respecto al quehacer de éste escritor, desde considerarlo como un genio hasta quienes lo califican de orate. Este desacuerdo es elocuente, contundente: leerlo, es la alternativa más sana y formarse un criterio propio. "Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto. Estaba tumbado sobre su espalda dura, y en forma de caparazón y, al levantar un poco la cabeza veía un vientre abombado, parduzco, dividido por partes duras en forma de arco, sobre cuya protuberancia apenas podía mantenerse el cobertor, a punto ya de resbalar al suelo. Sus muchas patas, ridículamente pequeñas en comparación con el resto de su tamaño, le vibraban desamparadas ante los ojos.".

Con las líneas anteriores empieza la historia, es interesante, atrapa pero el lector debe convertirse en cómplice y desentrañar cuál es el mensaje dirigido por Kafka, argumentos utilizados por él, sin soslayar época y espacio de esa creación literaria. A un centenario continúa constituyéndose esta obra objeto de estudio y reflexión, dejando a lectores de Tlanestli el desafío de su juicio literario.

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