lunes, 9 de febrero de 2015

EL ÚLTIMO ADIÓS


Por Jesús Jiménez Castillo

[Para don Marcelino O. Ramos Hernández (†), ser humano excepcional]


Despedida que hace vivir el tiempo,
en el espíritu y los afectos,
que unen nuestros caminos y destino.

Tránsito efímero a la eternidad,
oportunidad de existencia amorosa.
Breve forma de delirio.

Irse no es para siempre,
queda el recuerdo de nosotros mismos.
Lo que hacemos, ayer, hoy y mañana.

Las campanas doblegan el silencio final,
dejan oír su pesar por el que se va
y la nostalgia para el que se queda.

Paz interna que huele a tierra…  y a flores.
Viento musical que aviva el sentimiento,
y hace recordar lo que fue y lo sublime.

Sonidos que se quedan para anunciarnos
el bombo y platillo de la gran fiesta.
La fiesta de las ilusiones, de la vida.

Es fin, pero es comienzo
del espíritu eterno.
 Adiós para volver a nacer hasta el infinito.


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