lunes, 15 de diciembre de 2014

Juan Rulfo y el Realismo Mágico


Olga Fernández Alejandre*
Escritor, guionista, burócrata y fotógrafo, Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaino (Juan Rulfo) nació el 16 de mayo de 1917 en Sayula (Jalisco), pero otros aseguran que fue en Apulco, era el tercero de cinco hermanos, en 1924 falleció su padre y a los pocos años su madre, por lo que pasó su infancia en un orfanato de Guadalajara y en el campo. Incluso, de 1926 a 1929 le tocó vivir la guerra cristera. Para 1933 ya se había mudado a la ciudad de México, donde comenzó su primera novela “Los hijos del desaliento”.
Trabajó como agente de inmigración, en el Instituto Nacional Indigenista, y años después en la Comisión del Papaloapan en Veracruz. Además, fue un excelente fotógrafo. En la revista Pan de Guadalajara en 1945, aparecieron dos cuentos de él, “Macario y Nos han dado la tierra” y lo mismo en la revista América. Se casó con Clara Aparicio en 1946 y procrearon cuatro hijos.
La recopilación de cuentos del “Llano en llamas” fue editada en 1953, y en 1955 se publicó su novela “Pedro Páramo”, aquí en México la crítica más bien le fue adversa, pero Mariana Frenk lo tradujo al alemán siendo un éxito y de ahí, al inglés, francés, polaco, italiano, sueco, finlandés, noruego, chino, holandés, portugués, griego, danés y checo. Con solo dos obras pasó a ser considerado uno de los grandes de la literatura latinoamericana y universal.
Es tan importante su obra que inauguró un nuevo lenguaje y una nueva forma de escribir. En sus textos plantea una combinación de fantasía unida a la realidad, cuya acción se desarrolla dentro de tierras mexicanas. Sus personajes reflejan a los habitantes típicos del campo con sus problemas socio-culturales, aunados a un mundo fantástico. Sobre todo la novela “Pedro Páramo” es el parteaguas de la literatura en México, ya que se llevó a cabo al término de la novela de la Revolución, lo que permitió nuevas experiencias narrativas en la generación del 52 a la que pertenecía Juan Rulfo, y poder incorporarse al boom latinoamericano.
José Luis Borges afirmó: “Pedro Páramo es una de las mejores novelas de las literaturas de lengua hispánica y aun de toda la literatura universal”.
De los aspectos técnicos que se encuentran en la novela lo que más resalta es el entrecruce de dos historias diferentes, en elipses de los relatos se encuentran varias secuencias, se acentúa la ficción con la verdad, las descripciones sobrias y el desorden cronológico. Pero tal vez, lo que más destaque sean los monólogos interiores: pues los personajes expresan en una reducida síntesis sus pensamientos tal como salen de la mente. En cuanto a estos monólogos se puede decir que sobresalen los de Susana Sanjuan, o del mismo Pedro, y secundarios como los de Fulgor Sedano o el padre Renteria.
Quizá sea una de las novelas más trabajadas de la literatura hispanoamericana. Sus diálogos son concisos y sobrios, su elaboración desemboca en una forma escrupulosa de escribir empleando mexicanismos, que al usar el lenguaje del pueblo, añade modismos y vocablos populares, dándole veracidad a los hechos ficticios.
La obra tiene muchos personajes que giran alrededor de Pedro Páramo mujeriego, ladrón, asesino y un hombre muy cruel; Juan Preciado su hijo lo va a buscar al pueblo de Comala, pues cerca de ahí está la hacienda de la Media luna. El era hijo de doña Doloritas la verdadera esposa de Pedro.
Juan Preciado se da cuenta que a la única mujer que su padre amó en la vida fue a Susana Sanjuan que estaba perturbada de sus facultades mentales, cuando ella muere Pedro pierde el interés por todo y por todos. En la novela se incorporan planos narrativos en primera persona (Juan Preciado), en tercera persona (la vida de Pedro Páramo), todo esto es para desorientar al lector y se identifique con Juan Preciado, pues él no puede distinguir entre el mundo de los vivos y los muertos. Para muchos críticos es una novela llena de palabras, que en el fondo, de lo que se trata es del silencio.
Otro de los aspectos de Pedro Páramo es sensorial y metafórico, lleno de imágenes emotivas, lo cual deriva en una connotación erótica de los personajes.
Concretando: se trabaja con imaginación, intuición y una verdad aparente; cuando esto se consigue, entonces se logra la historia que uno quiere dar a conocer”. (Juan Rulfo) La novela es la precursora o primera piedra en el camino del realismo mágico, y se convierte en la primera crítica del abuso de poder. Está atrapada en un momento histórico, decadente e irremediablemente cíclico. Pedro Páramo es considerada como la obra más importante de la literatura en el siglo XX.
Los temas que tratan son: la soledad, el pecado, la ambigüedad y el realismo mágico, su visión no es de este, sino de otro mundo.
Octavio Paz afirmó respecto a la obra : “Juan Rulfo es el único novelista mexicano que nos ha dado una imagen-no una descripción-de nuestro paisaje...”
En los cuentos del Llano en llamas dentro de su microcosmos refleja universalidad; en su enorme imaginación recrea un ambiente en estado de magia; el presente para los personajes es infausto y el pasado está lleno de añoranzas. Estos cuentos también están en primera y tercera persona. Se distinguió por expresar la realidad del hombre mexicano, no narró la Revolución sino las consecuencias de la historia: los pueblos destruidos, el campo en la miseria, la desolación en todas partes, pero lo más desgarrador; la lucha de los que nada tienen, contra los que no tienen nada, ya que el presente se une con el pasado.
Sus textos reflejan una crítica social, la religión se une con la superstición o creencias populares, y casi todos están conformados entorno a la muerte o a un hecho de sangre.
Los personajes rulfianos surgen del anonimato sin tener prácticamente una descripción física, generalmente son de extracción campesina. Rulfo muestra al mexicano después de una lucha armada, ya que el presente se muestra incierto y el futuro... todavía peor.
Frases de Gabriel García Márquez después de leer el Llano en Llamas: “nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka, había sufrido una conmoción semejante, al día siguiente leí el Llano en Llamas y el asombro permaneció intacto”.
A lo largo de su vida tuvo varios reconocimientos: Premio Javier Villaurrutia, premio Nacional de Letras, premio Príncipe de Asturias, por la UNAM Doctor Honoris Causa, Venezuela le otorga la presea Francisco de Miranda y lo condecora, la Academia Mexicana de la Lengua lo hace miembro; aceptado como el número treinta y cinco, premio Jalisco 1981 de su Estado natal. Se le rinde homenaje en el Palacio de Bellas Artes gracias a su labor literaria y de guionista, quedando películas magnificas como: Talpa, El despojo, El gallo de oro, Paloma herida, El rincón de las vírgenes, Pedro Páramo, No oyes ladrar los perros, El imperio de la fortuna.
Sus dos obras configuran aportaciones esenciales, a la literatura latinoamericana y nos trasladan con gran destreza de lo autentico a lo imaginario a través de un modo vigoroso y lírico, hondamente arraigado en lo cotidiano. Las aportaciones escritas de Rulfo, comunican fuerza emotiva del diario vivir y la realidad de un mundo agresivo y bucólico
Falleció en la ciudad de México el 7 de enero de 1986 de enfisema pulmonar, extinguiéndose una gran luminaria del cielo literario de México, dejándonos una gran herencia; pequeña en páginas pero grande en contenido.
Jorge Cepeda pone de manifiesto: “el reconocimiento a ésta obra dentro y fuera de México ha sido ininterrumpida y creciente”.
 titama228@hotmail.com

 *colaboradora

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