jueves, 10 de julio de 2014

De la televisión a la internet en México




Neftalí Morales Herrera

Los medios de comunicación desde su aparición han transformado a la sociedad, la cultura y la vida cotidiana de los individuos. En el siglo XV la imprenta de Gutenberg propagó poco a poco la lectura y la circulación de ideas, recordemos que el primer libro impreso fue la biblia, en principio vulgarizó el pensamiento religioso dominante de aquella época pero posteriormente, los libros y periódicos proliferaron y dejaron de ser sólo un medio de difusión de ideas religiosas para transformarse en el medio de expresión de connotados filósofos y científicos. La lectura se va extendiendo de manera paulatina a todas las clases sociales dejando de ser sólo el privilegio cultural de las clases dominantes y de los religiosos. Libros, periódicos y revistas serán los primeros medios de comunicación o de información masiva por varios siglos.
Desde mediados del siglo XIX y a principios del siglo XXI surgirán infinidad de medios de comunicación: Telégrafo, radio, cine, teléfono, televisión y finalmente la Internet. Con la llegada de estos medios de comunicación, la comunicación entre los individuos trascenderá las barreras de la distancia. Algunos medios de comunicación son principalmente individuales, válgase la redundancia de persona a persona, como el teléfono o muy restringidos como el telégrafo. Algunos serán capaces de llegar a muchos individuos o a poblaciones enteras, como el periódico, la radio y la televisión. El cine será un medio de comunicación que llegara a tantas personas como puedan caber en una sala cinematográfica.  
La Internet o la red es un vehículo o medio de comunicación que pone en contacto o en posibilidades de comunicación a prácticamente todo individuo de cualquier parte del planeta que acceda a la red por medio de un procesador. La comunicación por este medio es de individuo a individuo o en pequeños grupos. De igual manera se puede acceder a la radio o a la televisión por internet. Las posibilidades de comunicación en internet son variadas y cambiantes.
Cada medio de comunicación ha transformado gradualmente el modo de vida de los individuos y de la cultura de cada sociedad y época, desde luego que también han provocado cambios políticos y económicos o han servido a intereses políticos y económicos. Hay una infinidad de estudios de importantes intelectuales que han abordado desde distintas ópticas y paradigmas el impacto de los medios de comunicación en la sociedad, desde la escuela de Frankfurt, Jean Baudrillard, Armand Mattelart, Umberto Eco, Giovanni Sartori y Román Gubern, entre tantos otros. Los medios de comunicación han sido utilizados con fines positivos o negativos para influir en la ideología, los pensamientos, hábitos y comportamientos de los individuos de cada época y sociedad.
Los libros y la prensa han servido para transmitir las ideas más conservadoras y reaccionarias de la iglesia o de algún grupo o partido político, Adolf Hitler reprodujo por miles su libro Mi lucha, distribuyéndolo entre los alemanes como un medio de propagar sus ideas racistas en contra de los judíos, este libro era su ideario político. Pero igualmente por este medio han circulado lo mejor de las ideas de los grandes pensadores humanistas de todos los tiempos, en libros, periódicos y revistas la escritura materializada en papel ha dado cuerpo a las ideas de hombres excepcionales que han hecho reflexionar a una parte de la humanidad para buscar mejores modos de vida.
Lamentablemente, a mediados del siglo XX, los medios de comunicación fueron canalizados de manera preponderante hacia los fines de la lógica capitalista: el consumo. Principalmente la radio, el cine, la televisión y la internet han potenciado su capacidad de llegar a las masas en perjuicio de los individuos. El sistema económico y político capitalista se adueñó de estos transformándolos en promotores de consumo de mercancías pero también de control político. El desarrollo del sistema capitalista después de la segunda guerra mundial experimentó un impulso frenético, sobre todo en algunos países de Europa y Estados Unidos pero después se sumarian también Japón y China. Surgen empresas y capitales transnacionales y la jornada de trabajo experimenta una reducción paulatina, de ser en principio en la mayoría de los países de Europa y América, de casi doce horas diarias de trabajo se reduce en promedio a ocho horas de trabajo al día, abarcando igualmente en promedio seis días de trabajo a la semana, lo que suma cuarenta y ocho horas de trabajo en promedio a la semana. Casi en todos los países señalados está regulado en las legislaciones este tipo de jornada laboral.
Aunado a lo anterior después de los años setenta la mujer se incorpora al mercado laboral casi en todas las economías desarrolladas, lo que en apariencia da más ingreso a los hogares pero que a la vez marca un cambio en la familia. La familia tradicional tenía un esquema de funcionamiento donde el hombre trabajaba para subsidiar las necesidades del hogar y la mujer permanecía en el hogar al cuidado de los hijos, la educación de estos y realizando las labores del hogar. Al trabajar la mujer aumenta la tasa de divorcio y la educación de los hijos se da en las guarderías, por medio de algún familiar o la servidumbre.
Entramos en lo que algunos pensadores como André Gorz han descrito como sociedad del ocio y de la que han sacado provecho los dueños de los medios de comunicación y las empresas nacionales y multinacionales.
Entramos a la sociedad del consumo, o como dice Gilles Lipovetsky, la sociedad del híperconsumo. En esta sociedad del híperconsumo, el individuo hedonista se caracteriza por una compulsividad a adquirir siempre lo nuevo, según sus posibilidades, ropa, electrodomésticos, autos o lo que hoy en día está de moda: computadoras y celulares. Vivimos en una sociedad de lo efímero.
El medio de comunicación que más ha influido para transformar a los individuos en un ser compulsivamente consumista es la televisión. Es interesante analizar en particular este medio de comunicación porque representó sobre todo después de los ochenta el medio por excelencia para manipular a las masas en prácticamente todos los países. Sartori hace una reflexión interesante de lo que caracteriza al homo sapiens contemporáneo, su capacidad de pensar y reflexionar prácticamente de todo como resultado de la explosión del desarrollo de la lectura desatada por Gutenberg y consolidada en el siglo XX en escuelas y universidades donde la lectura conducida y perfeccionada por los maestros desarrolla la capacidad de abstracción en el individuo. Del siglo XV al XX la lectura se convirtió en una obligación en los países desarrollados y en una aspiración por diversos motivos en los países en vías de desarrollo. Las escuelas proliferaron prácticamente en todo el mundo. La lectura tiene la necesidad de que el individuo piense, imagine, fantasee, cree mundos imaginarios o invente infinidad de soluciones a las situaciones que se le planteen y así sucedió por varios siglos. Pero a finales del siglo XX y a principios del siglo XXI, dice Sartori, hemos transitado a una sociedad donde cada vez se pierde más la capacidad de abstracción que caracteriza al homo sapiens que privilegia la lectura y surge lo que se denomina homo videns (hombre de imágenes).
La televisión que funciona con imágenes y que en la sociedad del ocio se convirtió en niñera de millones de infantes y en “desestresante” del padre o la madre de familia después de la jornada laboral o en la compañera permanente de la madre de familia o esposa en las horas de las labores del hogar, transformó la vida cotidiana de todos.
Hay inventos que tienen un impacto determinante en la sociedad, la televisión es quizá uno de los inventos que más ha transformado la vida de los individuos. En casi todos los hogares cuando menos de Europa y América hay uno o más televisores. El televisor ocupa el espacio central del hogar, la sala o frente el comedor donde se reúne la familia y es el centro de atención y de las miradas. Si se tienen más televisores también están en el lugar de descanso: la recamara. En todo caso se le designa a la televisión el espacio central de cada hogar.
Los niños crecen frente al televisor, las caricaturas los entretienen y (des)educan. Hay suficientes estudios que analizan los programas infantiles y advierten de toda la carga de agresividad que caracteriza la programación infantil y la correlación de ésta con las conductas agresivas y antisociales de los niños, desde temprana edad los niños asimilan y reproducen un lenguaje común a lo que ven, podríamos decir que se masifican. Los padres de familia abandonan a los niños a la televisión y a lo que los productores de estos programas consideran apropiado para este público. Las legislaciones de cada país no han podido poner límites a las cadenas televisivas, Estados Unidos y en Europa a pesar de ser en apariencia democracias avanzadas a la fecha de manera general no han logrado someter a los grandes corporativos televisivos para que estos tengan criterios de calidad y pertinencia cultural en sus programas. Generación tras generación los más indefensos de la sociedad, es decir los infantes, son presas de las programaciones ya mencionadas.
No es casual que por ejemplo en Estados Unidos el sistema educativo venga en franco retroceso en sus parámetros de calidad ya que los niños, adolescentes y jóvenes pasan más tiempo frente a la televisión que estudiando o incluso jugando como antaño. El niño se la vive frente al televisor a merced de la promoción de la comida chatarra y comúnmente come frente al televisor, lo que provoca que al paso de los años provoque problemas de obesidad. Los niños de hoy en día y los estudiantes en general cada vez leen menos y pierden poco a poco lo que anteriormente decíamos que es propio de la lectura, la capacidad de abstracción, el individuo actual está acostumbrado a ver imágenes y pensar les resulta cada vez más difícil.
Esto que señalamos para el caso de Estados Unidos aplica prácticamente para la mayoría de los países del mundo. Quizá excluyendo algunas poblaciones de África, hoy en todos los hogares del mundo la televisión entretiene a los integrantes de las familias.
En el caso de México y según estudios recientes el 97% de los hogares tiene televisión. En cada vivienda hay en promedio 1.7 televisores. El 1.1% de los hogares no tiene televisión, el 15.3% tiene de tres a cinco televisores. El 45% tiene contratado un sistema de recepción por cable es decir 10,495,981 hogares tienen contratado algún servicio de cable por pago. Según datos de la secretaria de educación pública los estudiantes de 8 a 14 años de edad pasan en promedio 4 horas frente a la televisión. Con estos datos nos damos cuenta de que la televisión se ha convertido en un artículo imprescindible según los criterios de la población en general. En México existe un duopolio de la televisión por parte de Televisa y TV Azteca. El contenido de los programas de ambas televisoras es pésimo, vasta nombrar algunos de ellos para corroborar los anterior: el chavo del ocho, la rosa de Guadalupe, Laura, Venga la alegría, cosas de la vida. Ambas televisoras también cuentan con programas de noticias que se caracterizan por una alabanza permanente al gobierno en turno o al candidato o partido de derecha que quieran apoyar, beneficiándose también del erario público con contratos multimillonarios al captar las campañas promocionales de los partidos políticos. Recientemente se discute una ley que tiene que ver con las telecomunicaciones y se detecta un grupo a fin a las televisoras al que se le conoce como Telebancada. Hay en el país junto a los dueños de estas televisoras: Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego, otro gran competidor pero en el área de la telefonía que es Carlos Slim. La lucha por el poder en cada sector de estos empresarios multimillonarios impacta las decisiones más importantes de la clase política de partidos de derecha e “izquierda” ya que en México es evidente que ellos han jugado un papel determinante en las últimas elecciones nacionales y estatales que hemos vivido. Aquí también se pone de relieve lo que Sartori denomina como sociedad teledirigida, es decir, el poder que tienen los corporativos televisivos en la dirección del desarrollo de los países. Estas empresas no solamente controlan la televisión nacional si no que tienen repetidoras estatales y en donde aplican la misma lógica con los gobernadores y presidentes municipales, diputados o personajes públicos para beneficiar o perjudicar e igualmente para servirse de las campañas publicitarias. Por si fuera poco también tienen periódicos y revistas todas en la misma línea de una política publicitaria de apoyo y desprestigio.
Las televisoras de manera general también promueven el gusto por un tipo de música, un artista, la moda, patrones de conducta y de valores regularmente basados en el individualismo y el narcisismo. Con sus ideales de belleza donde predominan las chicas delgadas y con determinados rasgos faciales, son los responsables de tantos problemas de bulimia y anorexia. El ejemplo extremo de esto es la muñeca que por tantas décadas ha entretenido a las niñas de muchas partes del mundo: Barbie. Que en la vida real estaría en un hospital por que con ese cuerpo no pondría andar de manera sana por el mundo.
Nos hemos extendido en el análisis de la televisión y toca ahora hablar un tanto de la internet. Se pensaba que la internet, que posibilita la llamada sociedad del conocimiento,  ayudaría a crear una sociedad con individuos más preparados. Efectivamente a través de internet podemos acceder prácticamente a cualquier información, lo que no quiere decir que podamos tener acceso al conocimiento. El conocimiento tiene características y connotaciones más profundas e importantes para los individuos. La información es eso, datos de diversa índole que están frente a nosotros, en la pantalla de un procesador y que podemos almacenar en un dispositivo. Pero tanta información también tiene su lado negativo ya que los individuos al no tener la asesoría adecuada no seleccionan críticamente y no hacen un uso óptimo de la información. Por otra parte a través de la internet circulan cantidad de imágenes, videos e información perjudicial para los individuos, pero no solo esto sino que también se crean formas de comunicación que atrofian a los individuos. El individuo característico de la internet es un solitario que navega en las redes sociales pero que no puede convivir con sus más cercanos, hay infinidad de estudios que hoy en día hablan de las enfermedades propias de la dependencia de la internet. Igual hay que reconocer que este medio de comunicación ha servido como un medio de libertad de expresión, que recientemente en algunos países ha favorecido cambios políticos que eran impensables como el de los países Árabes.
Los sistemas educativos de prácticamente todos los países están incorporando la internet y los procesadores en la enseñanza cotidiana. Es verdaderamente favorable usar estas herramientas tanto para el maestro como para el alumno, incluso podemos decir que hay un cambio de paradigma en los sistemas educativos a partir de la internet y las computadoras. Un antes y un después pero también hay que reconocer que no todos los sistemas educativos del mundo han logrado asimilar estas herramientas.
En el caso concreto del sistema educativo mexicano desde el gobierno de Vicente Fox al de Enrique Peña Nieto demagógicamente se ha dicho que las computadoras son indispensables y que se van a introducir en todas las escuelas, lo que resulta falso. En primer lugar el sistema educativo carece de los elementos básicos: estructura. La mayoría de las escuelas están pesimamente acondicionadas, tienen aulas inadecuadas para la labor educativa, no tienen el mobiliario básico: pizarrones, sillas, laboratorios, baños, canchas deportivas, etc., de hecho una gran mayoría de escuelas en el país son lo que se llama unitarias. Por eso resulta incongruente por parte del gobierno de hablar de incorporar las herramientas de lo que se denomina TIC cuando tiene un rezago de décadas en lo anterior y que está ampliamente documentado en diversos estudios y en las propias estadísticas oficiales del INEGI. Contrasta la intención de modernizar la educación mexicana y de introducir en ella el principio de calidad cuando por otra parte el gobierno tiene otro programa de carácter nacional denominado Cruzada contra el hambre. Recordemos aquí nuestro caricaturista de prestigio nacional, Rius, con su famosa frase y libro: La panza es primero.
Es muy extenso el tema de los medios de comunicación y su influencia positiva o negativa en la educación. Entendemos que hoy en día es más propicio hablar de TIC ya que aquí se engloban los primeros medios de comunicación con los actuales. Decíamos al principio que hay infinidad de autores que han abordado uno u otro medio de comunicación o la amalgama de estos. Igual en pedagogía hay infinidad de estudios sobre el uso positivo o negativo de las nuevas tecnologías aplicadas a la educación. En el caso de México es evidente que los medios, por decirlo de una manera, han ido en contra de los individuos, sus hábitos, sus pensamientos, sus gustos, sus valores, sus tradiciones y desde luego su educación, pero sin duda a nivel personal y en ciertos sectores del magisterio hay en principio una reflexión y practicas individuales y grupales para revertir esta influencia negativa en los jóvenes, lo primero es que nosotros los docentes nos adentremos en el conocimiento y uso positivo de las tecnologías y en segundo lugar las apliquemos en el aula, en nuestras clases e incluso en la planeación y la organización administrativa. Con el uso crítico que hagamos nosotros de esta herramienta podremos enseñar a los alumnos a utilizar los diversos tipos de procesadores con los que están en contacto ellos, ya sea a través de sus celulares o de sus computadoras. Tenemos que enseñar a que los alumnos sepan seleccionar la información, criticarla, y hacer un uso reflexivo de ella. También tenemos que advertirles de los peligros que hay en las redes sociales ya que se están viendo casos de extorción y secuestro. Por otra parte tenemos que seguir ayudando a que nuestros alumnos se relacionen más entre ellos y con su familia que con la gente virtual. Cuando más modernos somos más tenemos que valorar el camino que nos ha llevado a ser lo que somos, seres de razón, imaginación y  sentimientos, eso es la humanidad.


Bibliografía
Sartori, Giovanni. Homo videns, la sociedad teledirigida. Ed Taurus. España. 2001.
Gubern, Román. El eros electrónico. Ed Taurus. México. 2000.
 Estudiante de la Maestría en
Tecnologías Aplicadas a la Educación
Del  Centro Regional de Educación

Superior Paulo Freire A.C. 

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