miércoles, 12 de febrero de 2014

El Chamanismo, herencia sagrada


 

Olga Fernández Alejandre

Colaboradora

titama43@hotmail.com

 

El chamanismo es la herencia sagrada que une al hombre con su entorno en un mutuo y venerable acatamiento. Es el resultado de una conciencia que sabe percibir más allá de la esencia física. Cuando el hombre entró a ser un elemento en la historia del mundo, comenzó su búsqueda de las fuerza naturales que lo regían y eran incomprensibles para él. Sin que pudiera evitarlo afectaba su vida, ya fueran favorables o terriblemente hostiles. Para enfrentarse a estos poderes, necesitaba un intermediario: el sacerdote, el mago o el chamán.

     Decir Chamán es remitirnos a una realidad enigmática y secreta de origen ancestral. La palabra Chamán o shaman viene del manchú-tungú y deriva del verbo “Sha o Xa” (que quiere decir saber.) Llegó a través del ruso, pero hay indicios que se remonta hasta el neolítico.

      Expresa Ledo Miranda Lules: “Algunos expertos lingüistas aseguran que la palabra Shaman también se relaciona con la palabra de origen indio Samadhi y quizá venga del sánscrito”. En las averiguaciones etnológicas llevadas acabo a principios del siglo XX dieron como resultado que en muchos pueblos autóctonos se encontraran ritos con técnicas de éxtasis mágico-religiosas de un chamán. Estas se logran por ingesta de alucinógenos, o por sonidos de tambor (música), o mantras.

      Hay infinidad de hongos, cactus y hierbas; como la liana llamada Ayahuasca o yagé, usada en varias zonas del Brasil. El jugo de una potente droga es la del floripondio de la familia de las brugmasias llamada hierba del diablo, empleada en el sur de nuestro continente y en América Central. Quizá el más popular sea el peyote; a raíz de su descubrimiento es usado también por unos 500,000 miembros de la “Nativa American Church”. (Iglesia Nativa Norteamericana) y de la “Peyoteway Church of God” (Iglesia de Dios del camino del peyote) muy extendida en Estados Unidos y Canadá. Otra sustancia muy potente es el cactus de San Pedro. Asimismo, se utilizaba el tabaco silvestre. El antropólogo Johannes Wilbert afirma que es el estupefaciente por excelencia, ya que fue consumido por todos los indígenas de América.

      Hay dos formas para convertirse en chamán: por herencia, que pasa de padre a hijo; y por vocación. De cualquier manera se deben tener estudios de iniciación. Se tardan muchos años para penetrar en un estado modificado de conciencia, y poder con propósitos curativos buscar el conocimiento. Terminado su aprendizaje estará en posibilidades de hacer viajes a otras realidades y al regresar será capaz de recordar como curar, interpretar sueños, profetizar, adoptar forma de animales (nahual) o acceder a otras dimensiones.

      Asimismo, en subsecuentes averiguaciones sexologistas, el éxtasis sexual es un fenómeno muy antiguo, chamánico-colectivo, en honor de las diosas de la fertilidad, desarrollado en el Medio Oriente, en el valle de Indo (India) en la Isla de Creta y entre los primeros pobladores de las penínsulas Itálica e Ibérica.

      El Chamán se extiende más allá de los límites corporales de la circunscripción del espacio y el tiempo, uniéndose a una mente cósmica, entonces hay una transmutación mental, esto corresponde a un proceso de cambio que actúa en función de la materia y de la fuerza del universo en sintonía. Lo mismo vale para la polaridad femenina como masculina.

      En las diversas culturas que pueblan nuestro mundo, el chamán es a la vez brujo, curandero, sacerdote o mago. Sus actividades son dirigir ritos y ceremonias de culto. Según algunos estudiosos, el chamanismo de estos últimos siglos tiene algunas características del budismo, y en algunas partes del continente asiático se logra el éxtasis, con la disciplina del yoga.

      El trance inducido por alucinógenos es habitual en nuestros indígenas. Durante milenios, en el continente americano, tanto en el norte como el sur, la ingestión de dichas drogas ha sido común hasta nuestros días. Aquí en México, el consumo de hongos psilocibios es tan común en ciertas etnias, que una de las mejores exponentes del chamanismo fue la famosa María Sabina; tuvo gran sabiduría a base de droga y a pesar de no hablar español, fue conocida por el mundo occidental y el redescubrimiento de los hongos sagrados. A través de procedimientos, entraba en profundo trance y realizaba viajes astrales y de conocimiento, maravillando a propios y extraños.

      También el éxtasis se logra con música, por medio de cantos o mandalas, o con sonidos de tambor que actúan por resonancia y hacen vibrar determinados puntos llamados “Chakras”. El Doctor Andrew Neher, especialista en neurofisiología asegura: “La interrelación del canto chamánico, afecta directamente la actividad bioeléctrica de zonas motoras y sensoriales para lograr el Trance”.

       Como todo en el universo es vibración, esta oscilación presenta un ritmo a la izquierda y uno a la derecha, como si de un péndulo se tratase, esto nos conduce a las diferentes fases de la luna, al flujo y reflujo de las mareas y a la dualidad de la mente. La finalidad del Chamán es que la psique viaje al mundo del espíritu conectándose con una inteligencia superior.

      En la senda del aprendizaje de un Chamán, el meollo es centrarse en sí mismo antes de poder curar o ayudar a otra persona; deben dejar fuera: la envidia, el orgullo, la vanidad, el egoísmo, etcétera. Para ser reconocido, también tiene que pasar por una serie de ritos iniciáticos, hasta lograr que la conciencia y el alma sean una unidad.

      El antropólogo y escritor Carlos Castaneda, fue el que popularizó, a mediados del siglo pasado, la filosofía y las técnicas del Chamán. Tiene en su haber varios libros, entre los que destacan: Las Enseñanzas de Don Juan, El Segundo Anillo de Poder, El Don del Águila, El Fuego Interno, El Lado Activo del Infinito.

      Su trabajo se centró en el chamanismo mexicano, en especial en el nahual-cha-mán don Juan Matus. Una de las primeras cosas que aprendió de su maestro fue aceptar la mortalidad, si no se acepta esto; es imposible aceptar otra realidad. En 1995 declaró al diario Los Ángeles Time “Soy un atrasado mental estoy seguro que moriré sin haber aprendido todo lo que enseñó mi maestro”. El cineasta Federico Fellini quiso llevar a la pantalla, en un documental, la realidad de este chamán; sin embargo, los tiempos no se dieron. Castaneda se convirtió en una figura célebre, pero la gloria le duró muy poco, porque a mediados de la década de los setenta una campaña de desprestigio recayó en su contra.

      Mircea Eliade, investigador rumano, en los años cincuenta, publicó su libro Técnica arcaica del éxtasis. Fue el primero que realizó un estudio serio del chamanismo, desde una perspectiva esencialmente religiosa, dejando de lado explicaciones psicológicas, sociológicas y etnográficas que se dieron durante la mayor parte del siglo XIX y principios del XX.

      Con la técnica del transe, el chamán se convierte en un gran especialista del alma humana, y al viajar hacia regiones recónditas, puede armonizar la realidad. Tiene un aprendizaje difícil y de sufrimiento. Es muy riguroso con el ayuno, dietas estrictas, vigilias interminables, abstinencia sexual. Además, debe tener dominio sobre la caza, la pesca, e igual conocimiento de la herbolaria. Aprende: cantos, bailes, leyendas, mitos y en su conjunto cosmogonía e historia de su pueblo. Por lo que observamos, ser chamán es estudiar arduamente para ser curandero del cuerpo y alma, pues se convierte en un gran psicólogo a quien acude toda la comunidad para consultarlo. Bajo esta óptica, el chamán es el eje de su congregación.

      No obstante, apunta el investigador Michael Harner: “La idea de que todos los chamanes deben utilizar drogas para hacer el viaje es falsa”, lo demostró en su libro El viaje del chamán. En él, asienta que son menos las partes del mundo en las que se emplean estimulantes, que en las que se usan mantras o sonidos.

      Asia y Europa fueron los que suministraron la espiritualidad y procedimientos para encontrar el éxtasis y el misticismo, para lograr la comunicación con la divinidad. El chamanismo es una práctica de las más antiguas del género humano, teniendo una actualidad absoluta, en medio de nuestra sociedad occidental acelerada.

      El Antropólogo Catalán Josép María Fericgla sostiene: “El Chamanismo se convierte en el primer sistema histórico organizado para buscar el equilibrio psíquico y físico del ser humano”. Existen innumerables técnicas de meditación usadas por los chamanes mexicanos, cada familia practica métodos específicos que tienen su origen en ritos arcaicos y los utilizan para limpiarse el cuerpo y el alma, y usarlos en sus trabajos de psicólogos autóctonos.

      Aquí en México, dos de los enclaves más conocidos dentro del chamanismo  son Oaxaca y Veracruz, sobre todo en la región de los Tuxtlas; específicamente en Catemaco. Su población guarda una vetusta tradición, cuyo patrimonio está colmado de ritos y costumbres esotéricas. Desde la antigüedad, no ha variado mucho que digamos. Sus habitantes guardan una relación estrecha con la naturaleza y los elementos. Cuando llegaron los primeros esclavos africanos a estas tierras, encontraron terreno fértil para sus ceremonias y, de la unión de razas nacieron prácticas mágicas y milagrosas de sanación, tanto del alma como del cuerpo.

      El primer viernes de marzo es una fecha muy especial para esta zona en la que se llena de creyentes y no creyentes, en la que se invocan a seres de luz, o seres oscuros en las que se mezclan ritos, misas negras o blancas, y mucho sincretismo. De acuerdo con las creencias, es el día más importante del lugar.

      Algunos ritos o limpias se realizan de día en plena naturaleza, pero hay otras que se hacen al amparo de la oscuridad, entre los caminos sombríos y tenebrosos, como por ejemplo: “La Cueva del Diablo”, en el cerro del mono blanco. Es el preferido de brujos, para recargarse de energía y pagar favores que les fueron concedidos u otorgados.

      No obstante, tanto los entendidos como los pobladores, aseguran que existe mucha charlatanería, los buenos son muy pocos y estos si logran hacer cosas asombrosas. Los verdaderos son tan famosos que son visitados por toda clase de personas en su afán de curarse, triunfar, obtener dinero y reconocimiento.

      En el libro La Meditación de Jacob Grinberg-Zylbergbaum, se explica que cada grupo de chamanes tiene sus propias técnicas, que se remontan a muchos siglos atrás. Los chamanes mexicanos utilizan procedimientos para purificarse y, como preámbulos, para hacer el viaje y utilizarlo en curar o en sus trabajos de “psicólogos”, ya que ellos mismos sostienen que primero hay que curar el alma y luego el cuerpo.

      Existen evidencias de que los Olmecas llevaban a cabo sistemas para encontrar el verdadero desarrollo del orden cósmico y que propagaron prácticas de meditación, y tal vez sean los precursores del chamanismo en México, en donde quedan algunos representantes.

      Existen en nuestro país varias técnicas de meditación, por ejemplo: la olmeca, que utiliza la postura de sentado con la espalda recta; comienza fijando su atención en su columna vertebral y visualiza una luz o energía alrededor de ella. Si al meditar tiene éxito, pronto notará que su columna tiene en su interior un giro sostenido.

      La meditación yaqui es uno de los legados más excepcionales del equilibrio entre el lado izquierdo y el derecho, esta se realiza de pie. El practicante visualiza dos columnas de energía a cada lado del cuerpo, y el primer paso es abrazar la columna vertebral con el brazo izquierdo arriba y el derecho abajo; esto se repite tantas veces como sea necesario, hasta sentir un aumento de energía. Otras de sus técnicas es tocar un tambor, como en el Asia Central, en la cual se sigue un ritmo sostenido hasta lograr el equilibrio.

      El chamán Lucio de Morelos, utiliza fórmulas de contacto con la naturaleza y la relajación. Ésta se hace acostado, dejando libre su mente para que viaje y pueda negociar con los espíritus que son los trabajadores del tiempo y se comunican con él. En cambio, el de doña Pachita, una de las más extraordinarias chamanas, fue sinónimo de fe, energía y poder, ella realizó verdaderas curaciones que dejaron asombrados hasta a los más escépticos. Su técnica consistía en sentarse en una silla frente a un altar, cerraba los ojos y se concentraba hasta que oía un zumbido; aseguraba que sentía la sensación de bajar como en la rueda de la fortuna, entonces estaba lista para curar o interpretar sueños, o males del espíritu. Los procedimientos de esta chamana son muy parecidos a los de algunos chamanes de la India, llamado “Shabd”.

      En la actualidad se ha desvirtuado este oficio y hay toda una serie de impostores, que responden a las demandas del mercado. En nuestra sociedad globalizada, cada día nos vamos sintiendo más solos que nunca, y de ahí el boom de Chamanes, curanderos y brujos. Desgraciadamente así es, pues los occidentales ávidos de escape, y sintiendo cada día la vorágine de un mundo práctico y materialista, están dispuestos a pagar por una vivencia exótica, ya que se ha convertido en un producto más para ser comercializado en el enorme bazar en el que se ha convertido nuestro planeta tierra.

      El hombre jamás ha podido resistirse a la formación de todo lo que para él es una incógnita. Ya que el mismo hombre es un receptáculo de enigmas y, sin dudarlo, desde que nace está sentenciado a vivir rodeado de misterio. El misterio nos asedia y, justamente lo que vemos y hacemos todos los días es lo que oculta la mayor suma de misterios.

 

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