martes, 10 de septiembre de 2013

La primera nevada y otros cuentos


Cherild Skyneth González Salazar

En la antigüedad, los mitos y las historias contadas pasaban de generación a generación como una enseñanza fructífera. Hoy, las enseñanzas de un maestro conllevan un camino similar para la educación del párvulo hasta el hombre.
De carrera  normalista, Aurora Ruiz Vásquez nos presenta esta su primera recopilación de relatos “La primera nevada y otros cuentos”. En las presentes líneas nos encontramos con historias concretas y atractivas que abren paso a las emociones más profundamente humanas.  
Siendo la autora de libros como “Armida y Marcela”, novela corta y “Lo que guarda una memoria”, autobiografía, muestra siempre una perspicacia al dividir su imaginación en relatos que van desde la ficción hasta el corte realista; un claroscuro que nos permite tener lo mejor de los dos mundos.
Con una mano firme, se aglutinan en sus páginas personajes íntegros y faltos. Personajes extremistas que se enfrentan a la inocencia, la culpa, la desesperación, y la locura. Que se cuestionan desde el amor hasta la moral y que son puestos a prueba mientras se juega con su cordura y su razón.
Como maestra en educación especial, Aurora ha podido acercarse a los procesos interiores más significantes de las personas; procesos que confluyen en este volumen hacia reflexiones profundas y que se desarrollan dentro de lugares y situaciones de la vida diaria.
Su lenguaje es cotidiano e inteligible y su armonía escénica es amena y precisa. La sucesión de eventos se presenta de manera espontánea, lo que genera un ritmo que siempre avanza con fluidez.
Tal es su pluma que hace uso de diversas formas narrativas: el metatexto o mise en abime y, como elemento característico de la mitad de sus relatos, nos presenta finales maravillosos y desconcertantes. Siguiendo los pasos de Chéjov los relatos nos proponen una intriga que no se resuelve, elemento fundamental del cuento moderno. Nos coloca en el sendero donde el gato te guía y cuando crees ver el final, desaparece, y te obliga a encontrarlo por ti mismo. Corta, cierra el telón donde menos lo imaginas para luego dejarte ávido de más. De esta manera nos invita a jugar con la culminación del discurso, a proponer las consecuencias y a ser parte de él.
Por si lo anterior nos pareciera poco, la autora de “La Jaula del Canario”, Haikus, y “Fantasías”, poemas para niños, también se adentra en los géneros contemporáneos haciendo uso de la minificción en este libro. Aquí, sus ideas se acomodan de manera más natural y forman un cuerpo sensato lleno de ironía, de comicidad y de juegos de palabras.
Lauro Zavala, investigador y profesor de la UAM, nos dice que “la utilización de textos literarios muy breves se encuentra entre las estrategias más productivas de la enseñanza, lo cual tiene una clara raíz de tradición oral. En la actualidad el cuento breve está siendo revalorado por su valor didáctico para la enseñanza de lenguas extranjeras y para los cursos de teoría y análisis literario” (1996) ¿Será tal vez esta la causa por la que la autora se siente más cómoda dentro del relato corto? Si la respuesta es sí, entenderemos que la naturaleza de la autora es buscar la enseñanza por todos los medios. Pues en la historia de la humanidad los textos breves que han sido utilizados como material pedagógico son notables. Así vemos a las parábolas, los aforismos, las adivinanzas y los cuentos alegóricos de distintas tradiciones religiosas.
Tomando en cuenta el hecho de seguir escribiendo a los 90 años y considerando la trayectoria literaria y cultural de la autora, podemos dar cuenta a lo que Luz Aurora Pimentel nos dice en su libro Relato, estudio de la teoría narrativa: “que a diario narramos y nos narramos el mundo”. Entonces qué mejor que oír el mundo narrado por alguien que lo conoce tan bien. Literatura y experiencia mantienen entre sí una línea demasiado delgada. Nuestra memoria nos ofrece una magnífica gama de sucesos y vivencias, a partir de los cuales creamos más vidas dentro del papel.  En palabras de Ricoeur: “las intrigas que inventamos son una forma por medio de la cual reconfiguramos nuestra propia experiencia”. Por tanto, podemos entender que la mano firme se trabaja con la madurez, esa que nos cala hasta los huesos,  y que lo que uno tiene que decir se destila hasta lo más puro con los años.
“La primera nevada y otros cuentos” es una recopilación de experiencia literaria y de experiencia de vida y nos ofrece un mundo completo donde la maestría se reflejan en cada relato.

La gente como Aurora busca el contar historias porque emana parte de nuestra visión del mundo, porque nos permite ser leídos por los demás y leer la mente y el corazón del otro. Era de esperarse que el afán de la enseñanza que ha vivido en la escritora desde siempre renazca ahora sobre el papel para enseñarle el mundo a todo aquel que lea sus textos. Así, con este libro nos convertimos en sus párvulos, esos a los que ella tanto asombraba con sus historias; y Aurora, por su parte, es el vivo ejemplo de que el arte de enseñar es el arte del maestro, pero el arte de enseñar con la literatura pertenece al maestro de la vida.

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