martes, 10 de septiembre de 2013

Dichoso yo, que escribo versos


 Héctor Brauer

Me lo encontré al poeta Lunagómez tras su escritorio. En medio de una montaña de papel y tinta. Periódicos antiguos algunos y recién impresos muchos, libros y discos. El mismísimo Gerardo Lunagómez en su cueva del Patio Muñoz en la calle de Pino Suárez, lidiando en su cabeza con versiones escritas de la vida y viviendo a su manera el oficio de escritor.

… hoy la tarde / se humedece / y pienso... / hace tanto que no asalto / el desván amarillo / del recuerdo hace tanto / que no creo / en el  futuro / que no te lloro / que no camino / en silencio / que no te extraño.

Antes fui a pasear por el parque de Los Berros con el afán de saludar a los Poetas. Saludar al enormísimo Salvador Díaz Mirón, puesto ahí con enormísimo bigote de bronce. Saludar a Rafael delgado y a Josefa Murillo, puestos ahí sobre pedestales. Ausentes... Los pedestales aun están pero los poetas han desaparecido. Sus nombres están expuestos al olvido porque ya no tienen cabezas que sostener. Otro pedestal vacío está frente a la Quinta Santa Rosa, frente a la casa que habitó Díaz Mirón.

… la ciudad reverdece / después de / la lluvia / los faros de los / carros / entristecen / el olor de / café / recién tostado te imagino súbitamente / volando adioses / y escojo una frase / para hablarte / –estoy viejo–

Estos pedestales han sido por generaciones, sitios de reunión de los corazones que se han nutrido con la sangre de la poesía. Por aquí pasea uno a los visitantes cuando quiere presumirles Xalapa. Este es el Parque de los Berros, se dice, y uno extiende la mano izquierda y esta es la casa donde vivió el que fue poeta y  maestro de los veracruzanos, Don Salvador. Aquí –miren– estuvo antes el  busto del vate y hasta aquí venían poetas de toda la republica a decir sus propios versos o a repetir los del maestro. Salú, decían y tras orinar alguno de tantos arbolones se iban cantando a la nocturna Xalapa.

… las calles saturadas / de nostalgia / como un paréntesis / donde trato de buscarte / para tenerte / a ratos para siempre / a ratos en silencio / a ratos en la lucha / sorda y clandestina / de teorizar el amor / a ciegas / porque así / inventamos claves caricias / miradas / golondrinas / volando tras nosotros / sin nostalgias / para descubrirnos / apasionados, silenciosos.

… amantes que trascienden / la teoría del amor / la praxis / la ideología revolucionaria / del romance / la dialéctica barroca / del sexo / el materialismo histórico / de tu (mi) nuestra / historia compartida / y sin esquemas / encontrarnos / redescubrirnos / cambiando frente al fuego / las estructuras económicas / del idilio.

Haciendo un poco de Historia uno podría contar cómo es que primero los poetas (sus bustos) fueron puestos por aquí y por allá, quizá equidistantes. Ya luego fue que se les juntó, se les formó en lugar privilegiado, al fondo en la parte más alta y coronados con bambúes. Ahora han desaparecido.

… porque me dueles / diariamente / a todas horas / con tu historia conocida / con tus ratos ausentes / y tus horas llenas / de ti que me regalas / con todas las mentiras / y todas las verdades / quiero decirte / que no solo te quiero / a solas /sino en la calle / cuando muero a ratos / en la comida / cuando me quemo / la lengua / con la sopa caliente / que no me habla de ti / cuando me duelen los pulmones / y escribo con violencia / palabras y palabras / íntimamente / ligadas con tu ausencia.

En su cueva el poeta ha ido hilvanando palabras al través del tiempo. La palabra dicha es mucha pues son décadas de conversar con el mundo entero, que todo el mundo por esa su cueva pasa. Ese su famoso bigote se mueve como águila despeinada en tanto habla y cuenta la historia de esta la ciudad de los poetas. Cuenta de los estridentistas y de la suya propia estridencia al publicar diez mil ejemplares de su primer libro de poesía. Le pregunto si desaparecieron los poetas en Xalapa y él pensando también en los poetas de bronce comenta la también desaparecida imagen de Manuel Maples Arce que dejó de estar a un costado de la Biblioteca de la Ciudad.

En los tiempos de la cacala los poetas de todas gradaciones asistíamos a la plazuela que esta entre las calles de Carrillo Puerto, de  Jesús García  y de González Ortega  para cantarle desde ahí a la vida.

… quisiera preguntar / si alguien sabe / qué está pasando en el mundo / se que hay gente / que estudia / los problemas del dinero / los motivos de la guerra / que sabe por qué / el tercer mundo / es tercer mundo / y por qué el presidente / dijo qué cosa... hay alguien / de los que arreglan / el mundo en la mesa / de algunas cafeterías / por ejemplo / que pudiera decirme / por qué las noticias / son crueles / mentiras / o puras verdades? / por qué / –es otro ejemplo– / nadie comprende / los estudios sobre / la pobreza... / habrá alguien por ahí / que pudiera / explicarme / muchas cosas?

Cuestiono a este artífice de la palabra sobre los monumentos a la poesía en esta ciudad de poetas y por lo que éste dice, le duele más la ausencia de poetas vivos. Que ya no están en las calles, mucho menos en las banquetas; que brillan por su ausencia en los parques y entre multitudes; que se han jorobado y sus almas retorcidas alcayatas visten telas finas; que solo para las estrellas escriben porque aquí en la tierra nadie los entiende; que han instalado sus torres de marfil frente a una pantalla y un teclado; que han hecho de su silla un trono y de su escritorio un mundo. Y dice así porque este Gerardo Lunagómez que nació en Xalapa el año de 1951 desde siempre ha cuestionado el quehacer poético en su entorno. Asume que la literatura es un cotidiano quehacer que en momentos de altivez produce esa extraña flor del intelecto que es la poesía. El flamboyán, por ejemplo, hacerse raíz y tronco, ramas, frondas y hojas, antes de hacerse por primera vez flor.


En esta visita el poeta me ha obsequiado uno de los ejemplares de su libro, «Atrás del escritorio» que fue publicado en 1981 por la editorial Amate. Sí, su primer tiraje fue de diez mil ejemplares. En la última página, la treinta y uno, dice: Dichoso yo / que escribo versos / en el momento exacto…

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