Mario
Jesús Hernández Pérez
La
enseñanza-aprendizaje es un proceso asociado que debería ir de la mano para el
logro de resultados y metas, observamos como con el surgimiento de las “teorías
de la enseñanza” éstas se declaran independientes de las “teorías del
aprendizaje”, justificando históricamente y lógicamente esta situación.
Por
ello, Ausbel David Paul et. al. (1991) realiza en: “Funciones y alcances de la
psicología educativa” en Psicología Educativa, México, Trillas; un análisis
profundo del contraste de estas dos teorías y nos expone detalladamente algunos
aspectos relevantes.
Para Gage (1964), citado por Ausbel, las “teorías
del aprendizaje tratan de las maneras en que un organismo aprende, las de la
enseñanza se ocupan de las maneras en que una persona influye en un organismo
para que éste aprenda. Para satisfacer las demandas prácticas de la educación,
las teorías del aprendizaje deben ser “puestas de cabeza”, de tal modo que se
produzcan, entonces las teorías de la enseñanza”.
Smith
(1960), ídem., expone una fundamentación
lógica para formular teorías de la enseñanza totalmente independientes: las del
aprendizaje, basado en el fundamento de que “el aprendizaje y la enseñanza no
son inseparables y que una teoría del aprendizaje nada puede decirnos acerca de
la manera de enseñar”.
Enseñar
y aprender no son coextensivos, pues enseñar es tan sólo una de las condiciones
que pueden influir en el aprendizaje, aprender sigue siendo todavía la única
medida factible del mérito de la enseñanza, que es eficaz tan sólo en la medida
en que manipula eficientemente las variables psicológicas que gobiernan el
aprendizaje.
Ausbel
expresa que, las teorías del aprendizaje y las de la enseñanza son más
independientes que mutuamente exclusivas, son necesarias para una ciencia
pedagógica completa y ninguna es sustituta de la otra. Las teorías de la
enseñanza deben basarse en teorías del aprendizaje, con un enfoque aplicado a
manejar los problemas.
La
educación es una ciencia aplicada porque se ocupa de la realización de ciertos
fines prácticos que tienen valor social. La función de la educación es
transmitir la ideología de la cultura y un cuerpo nuclear de conocimientos y
habilidades intelectuales, ocupándose del desenvolvimiento óptimo de la
potencialidad humana para el desarrollo y el logro; y no únicamente con
respecto a las capacidades cognoscitivas, también en lo concerniente a las
metas y al ajuste de la personalidad.
Una
disciplina aplicada se convierte en ciencia sólo cuando trata de fundamentar
los medios propuestos para alcanzar ciertos fines conforme a proposiciones
empíricamente validables.
Se
observa que hay “aprendizaje por ensayo y error”, “aprendizaje de
discriminación”, “aprendizaje de pares
asociados”, “aprendizaje de conceptos”, “aprendizajes de respuestas
condicionadas”, entre otros, que se han identificado con cierto tipo de
situaciones de estimulo generadas por equipo o materiales determinados.
Ausbel
cita a Gagné (1967), que expresa: “el aprendizaje conduce a inferir que por
medio de éste se establecen diferentes tipos de capacidades; la identificación
de estos tipos diferentes de ejecución, junto con los tipos deferentes de
capacidad, sugieren que tiene que haber muchas clases diferentes de
aprendizajes; así, habrá que suponer que existe un número igual de condiciones
de aprendizaje efectivo que se correspondan con cada variedad. Una teoría de la
enseñanza no puede alcanzar su utilidad máxima si se ocupa exclusivamente de
las condiciones generales de todas las clases de aprendizaje, tal teoría
debería ocuparse individualmente de cada uno de los tipos de aprendizaje”.
Para
Ausbel la enseñanza comprende la manipulación de variables, factores, que
influyen en el aprendizaje, una manera de clasificarlas es dividirlas en
categorías: intrapersonales, factores internos del alumno; y situacionales,
factores de la situación del aprendizaje.
La
categoría intrapersonal incluye las siguientes variables: variables de la
estructura cognoscitiva, disposición del desarrollo, capacidad intelectual,
factores motivacionales y factores de la personalidad. Por su parte, la
categoría situacional incluye las siguientes variables: la práctica, el
ordenamiento de los materiales de enseñanza, ciertos factores sociales y de
grupo y características del profesor.
Otra
manera de clasificar las variables es agruparlas en categorías cognoscitiva y
afectivo-social. En el primer grupo se incluyen los factores intelectuales
relativamente objetivos, y en el segundo, los determinantes subjetivos e
interpersonales del aprendizaje.
Finalmente,
para Ausbel hay tres tendencias afines en el pensamiento educativo: la
preocupación creciente por la importancia y calidad del adiestramiento
intelectual en la escuela; el mayor énfasis en la adquisición de conocimientos
como fin en sí; y la mejor disposición de parte de a escuela para asumir la
responsabilidad de dirigir el aprendizaje y de preparar los materiales
didácticos adecuados.
En
la educación de los maestros hay una tendencia hacia un proceso de articulación
y una socialización del trabajo entre escuelas y colegios para el desarrollo de
destrezas básicas; se continúa experimentando acerca de la administración y la
organización del salón de clases; el contenido de la materia de estudio dentro
del plan de estudios se está aumentando gracias a disposiciones como la de
ampliar el horario y el año escolar; se ha hecho un gran uso de auxiliares
didácticos que incluyen películas y televisión educativa; y estudiantes,
expertos en planes de estudios, psicólogos y tecnólogos educativos, están
colaborando en los más diversos movimientos de reforma del currículo.
Comentarios
y sugerencias: mariojesushp@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario