miércoles, 10 de octubre de 2012

El Perfume, pasión y seducción

Por  Olga Fernández Alejandre*

La palabra perfume; trae en su mismo nombre
el olor de un efluvio y la magia de un aroma
reminiscencias evocadoras de fragancias
de un misterio muchas veces olvidado
en la rima voluptuosa que estremece
encadenada a la esencia viva del ayer perdido
(Olga Fernández Alejandre)
      Las maderas olorosas y las resinas fueron utilizadas por el hombre desde que camina sobre la tierra. Las incineraban para agradar a los dioses y rendirles culto. El humo que subía fue llamado (per fumun) de donde deriva la palabra perfume.
      El perfume es un líquido volátil de composición muy compleja y muy apreciado por su fragancia; que llega a los sentidos, dejando una agradable sensación.
      Los perfumes se preparan en una inmensa variedad de olores tanto florales, como cítricos, maderas, pieles y también en la actualidad inventada por los químicos; llamados sintéticos. La gran mayoría tiene esencias florales.
      La fragancia de las flores se debe a su metabolismo que se encuentra en sus pétalos llamado aceite esencial y está, en mínima porción. Estos aromas son en estado libre en la rosa y la lavanda, en forma de glucósidos  (pequeñas partes dulces) en el jazmín y el nardo, en algunos cítricos como: Naranja, limón y mandarina. Se encuentra este aceite esencial además de las flores, en los tallos, hojas y hasta raíces.
      El aceite es sumamente volátil y a mayor concentración en las flores o las maderas tienen mayor olor. Tampoco podemos descartar incluso las especias que también se usan en perfumería.
      La industria del perfume descubrió desde hace mucho, para que la fragancia se quedara más tiempo adherida a la piel de quien se lo pone, necesitaba un fijador animal para que el aroma fuera más perdurable, seductor y delicado. Así, descubrió que el almizcle, el civeto, el ámbar gris y el castóreo, son sustancias grasosas de olor sumamente desagradable. En el proceso químico hasta la botella pierden el olor y mientras más fijador lleve el perfume, es más fino y caro.
      El almizcle se saca de una secreción acumulada en una bolsa, entre los órganos sexuales y el ombligo del cabrito almizclero. El civeto de un animal llamado civeta o gato de algalia. El ámbar gris de unas sustancias grasosas de los intestinos del cachalote. El castóreo de las glándulas sebáceas del castor, se encuentran entre la piel y el pelo del animal.
      Después de un proceso para depurar estos fijadores animales y quitarles los olores fétidos, estos llegan a tener un color casi ambarino y quedan prácticamente inodoros.
      Con el tiempo no solo trató de complacer a los dioses, sino también trató de tapar su olor físico por todos los medios posibles e inventó; pócimas, ungüentos y fragancias.
      No fue sino hasta los egipcios cuando los perfumes se usaron para uso corporal, no como se utilizan en la actualidad, pero sí en forma de cosméticos o para curar heridas.
      Como se desconocía la destilación del alcohol, se usaron con grasas animales y vegetales, para que se pudieran impregnar de dichos olores. Estos se envasaron en redomas y vasijas; conforme los egipcios se hicieron más sofisticados, fueron conservados en vasos de alabastro (en la actualidad son muy valiosos) o en ánforas de cerámica o barro.
      Al principio estas fragancias se usaron con fines religiosos y para embalsamar a las momias de los faraones. Al abrir la tumba de Tutankhamon se encontraron unos recipientes, después de 3000 mil años aun conservaban su fragancia. Con el tiempo dejaron de ser de uso exclusivo de los dioses y pasaron a las personas.
      Los hebreos usaban los perfumes solo en ritos religiosos y funerarios. Esto lo señala la Biblia, libro de los Proverbios. Las aromas más comunes eran: La canela, sándalo, alcanfor, clavo y nuez moscada.
      El pasaje bíblico cuando a Jesús se le unge los pies con aceites aromáticos y perfumes, tuvo fuertes críticas: Para Judas era un verdadero derroche de dinero, y lo que habría podido hacer con él. Para los asistentes a esa casa, unos dudan de Jesús y otros critican al dueño de la casa pues siendo fariseo, conocía perfectamente las leyes hebreas con respecto al perfume.
      Grecia retomó la costumbre de perfumarse de los egipcios y estos desarrollaron  los perfumes no solamente para aromatizar el cuerpo, sino también las estancias.
      Homero en uno de sus relatos dejó asentado que la diosa Venus, cuidaba del cadáver de Héctor derramando perfumes.
      De los griegos pasa la costumbre a los romanos, haciendo del perfume una práctica sibarita, sobre todo en los ya famosos baños en donde los utilizaban diluidos con leche y miel. Los romanos llevaron hasta la exageración al poner perfume a todo, pues las célebres águilas romanas eran perfumadas en un ritual antes de cada batalla y si vencían también las perfumaban.
      Pero el que batió todos los excesos fue el emperador Nerón, en las exequias de su esposa Popea a la que asesinó brutalmente. Hipócritamente y llorando a lágrima viva, mandó quemar en su honor tal cantidad de incienso y perfume que se dijo que era más de lo que se producía en Arabia durante un año.
      Con el transcurso del tiempo el arte de la perfumería sufrió muchos cambios y transformaciones hasta llegar a la producción industrial, que en la actualidad deja millones de dólares o de euros, convirtiéndose en un aditamento de lujo y seducción.
      Uno de los descubrimientos claves para la perfumería fue el descubrimiento árabe del alcohol en el siglo VIII. Así, aceites y resinas al diluirse expanden en toda su plenitud el aroma, dando origen con el tiempo a perfumes mucho más finos.
      Para los pueblos árabes la rosa fue utilizada como base para muchas de sus aromas. Tanto, que es considerada como emblema de la pureza y sabiduría de Alá.
      Se cree que un alquimista llamado Avicena en el siglo V fue el descubridor de la destilación y quien introdujo en el mundo musulmán el agua de rosas. Utilizada para perfumar casas, mezquitas y personas. Otro de los aromas son el ámbar y el almizcle, que aún en nuestros días sigue siendo base para los llamados perfumes con notas orientales.
      Cuando los árabes llegaron a España la historia del perfume recorrió un nuevo camino. Sevilla y Granada se convirtieron en centros perfumistas iguales a los de Bagdad y Damasco. Además introdujeron el alambique y un nuevo aroma; el jazmín.
Cuando los árabes fueron expulsados de España, solo se salvaron los perfumistas, pues como era muy grande el comercio de estos productos, se hubieran ido con ellos las fórmulas y secretos de fabricar fragancias.
      De aquí se introdujo a Francia, un país que sí, supo capitalizar e industrializar las diferentes aromas, y fue hasta 1700 que el perfume tomó auge en Europa, debido a que no se bañaban y podían disimular los olores del cuerpo y la absoluta falta de higiene.
      De todas las fragancias de la actualidad la más antigua es el agua de colonia, y su olor es más suave y delicado que un perfume, data de 1796. Fue utilizada por hombres y mujeres siendo la primera fragancia unisex, usándola tanto Napoleón como Josefina.
      El novelista Alejandro Dumas (hijo) aseguraba: “Por esa época todo el mundo se bañaba en perfume, excepto los eruditos para distinguirse por su mal olor, aunque algunos se rindieron ante la tentación de usarlos”.
      Para finales del siglo XIX la industria francesa de la perfumería acapara en sus fábricas más de veinte mil personas, las divisas por este concepto eran la tercera parte de sus exportaciones. Lo cierto fue que los franceses vinieron a revolucionar la industria del perfume. Aparte de la fragancia, los grandes vidrieros crearon verdaderas obras de arte y se presentaron las botellas en (baccarat, lalique y cristal cortado). Los talentosos grafistas decoraron los envases de cristal.
      Una de las uniones más productivas francesas se debió al binomio entre el perfumista Francois Coty y el vidriero René Lalique, que a principios del siglo XX fueron un verdadero Boom. El vidriero pronto tuvo pedidos de otros perfumistas como: Orsay, Guerlain, Piver, Roger y Gallet etcétera. Varios vidrieros siguieron su ejemplo. El vidriero Baccarat hizo creaciones para Guerlain. En fragancias como: Mitsouko, Shalimar, Coque d’or. Cinco generaciones con el apellido Guerlain han conservado su seña personal que se ha mantenido en la familia a través de los años y hace que sus perfumes se identifiquen con el sello olfativo de la casa llamado “Guerlinade”. Las fórmulas se guardan bajo siete llaves en el libro negro de sus creaciones.
      Jean Paul Guerlain afirmaba. “El perfume es la forma más intensa del recuerdo”.
      Lalique hizo para Carón el insuperable Narcisse Noir. Y las vidrieras Brosse, al fabricar en los años veinte, el envase que albergaría la mítica fragancia No. 5 de Chanel. Produciendo un frasco con una presentación soberbia, sobria y elegante. Convirtiéndose en un icono de la perfumería.
      El primero que usó además de fragancias florales fue Coty que asoció aromas naturales hechas artificialmente. Pero su gran creación fue Chipre que se convertiría en una familia de fragancias en 1905, y lo hizo con el musgo de encino, láudano, patchoulit y bergamota.
      Varios perfumeros comenzaron a experimentar nuevas fragancias y a incorporar olores de América, usando la vainilla y chocolate; dulces y exquisitos.
      Para 1911 una nueva categoría de perfumes revolucionaría la industria perfumera esto lo idearon los modistos, para realzar sus creaciones.
      Poiret que a principios de siglo era ya famoso, pues desechó el molesto corsé del vestuario femenino y fue el primero en tener la idea de hacer un perfume de acuerdo con sus diseños. Les puso por nombre “Les parfums de Rosine” en honor a su hija. Pero si él asoció la idea de la alta costura con las fragancias, lo de Gabrielle Chanel, fue asombroso, e hizo una fragancia que llevara su apellido, esto fue un golpe comercial y maestro, pues el No. 5 de Chanel acaso, esta legendaria fragancia sea la más vendida en el mundo, y por siempre se asociará a la increíble mujer que revolucionó el vestido femenino e hizo del perfume una creación.
      Hay una anécdota de la actriz norteamericana Marilyn Monroe. Un reportero le preguntó: Miss Monroe, ¿qué usa usted para dormir?, ella contestó la célebre frase que dio la vuelta al mundo, “cinco gotas de Chanel”.
      Los aromas florales van evolucionando con fragancias de Worth como Je reviens, de Carón con Fleurs de Rocaille. Después de la segunda guerra mundial, vino una nueva  evolución con Femme de Rochas; en 1944, también Miss Dior del modisto Dior, L’ Air du Temps de Nina Ricci etcétera. Para los años cincuenta la perfumería francesa estaba en la cima de la perfumería. Balmain, Patou, Lavin, Poiret, Givenchy, Lacoste etcétera. Estaban avocados a la producción de fragancias.
      Después vendría una nueva revolución con Edmond Roudnitska con el empleo de un fijador como la hedionda en perfumes para caballeros, haciendo una verdadera creación masculina con “Eua Sauvage”, así, logran alcanzar la cúspide los perfumes para hombres.
      Sin embargo esto no se hubiera logrado sin la extraordinaria participación de los narices (olfatos). Estos perfumistas comienzan sus creaciones cual si fuera una sinfonía.
      Al igual que un acorde musical, un acorde de fragancias consiste en una mezcla de esencias de modo que se vaya fundiendo cada una de sus personalidades en un todo armonioso. En cada acorde de olor hay una nota que domina, aquí los narices tienen que tener el olfato sensible y exquisito para saber cuando las demás notas fragantes armonizan. Son tan increíbles estos perfumeros y desarrollan tantos acordes que estos pueden ser infinitos, ya que  hacen fragancias únicas.
      De todas partes del planeta llegan al laboratorio del nariz decenas de esencias. Es un artista que consigue contratos millonarios y exclusivos. Las fórmulas son secretas.
      Grasse es un pequeño pueblo al sur de Francia a 12 kilómetros de Cannes, donde está la capital mundial del perfume. Es ahí donde se cotizan las fragancias en muchos millones de euros; en el se apuesta al más mundano y frívolo juego de poder… ¡la seducción! Y se destilan las mejores fórmulas guardadas celosamente.
      Además en Grasse se encuentra un museo único en el mundo, el del perfume, tiene envases desde el siglo XV hasta los más revolucionados de diseñadores contemporáneos. Se puede también ver la creatividad en las etiquetas que han diseñado los grafistas a través del tiempo y al mismo tiempo se puede uno dar una orgía y un verdadero festín de olores.
      Hay otros países como Estados Unidos con perfumistas como: Carolina Herrera, Oscar de la Renta, Victoria’s Secreet y dos de las grandes firmas que revolucionaron la industria del perfume por medio de catálogos para que llegaran a las masas. Son emblemáticas y tal vez las más representativas sean: Avon y Fuller. Costando millones de dólares. En España una de las conocidas sean Maja e Intermezzo. En Italia destaca indudablemente Dolce & Gabbana, con una fragancia netamente masculina, Dolce & Gabbana Pour Homme, alcanzando en 1994 el premio a la mejor fragancia masculina.
      Un perfume puede tener desde una docena hasta un centenar de esencias ya sean animales o vegetales. Aquí pasa lo mismo que con el vino. Una mala cosecha de flores es fatal para la industria perfumera.
      En Francia se ha hecho una pasión y cultura de los olores, que se paga muy cara. Siendo el país perfumero por excelencia, un litro de perfume puro en el mercado bursátil puede superar los 20,000 euros y para que suceda, hace falta contar con una tonelada de flor y una hectárea de terreno, de ahí, que a menos concentración de esencia cuesta menos euros.
      Actualmente el marketing olfativo de los aromas se basan en la publicidad y buscan atraer nuevos clientes por medio de la seducción olfativa, incluso se hacen fragancias personalizadas. Los grandes consorcios no solo se limitan a fabricar esencias para perfumes sino que en la actualidad, se ponen olores como el del pan recién orneado, aromas que recuerdan la campiña, se hacen ambientadores para estancias, coches, estaciones de autobuses, baños, aeropuertos, fragancias a jabones, cremas y hasta embutidos etcétera. Las fragancias son infinitas y producen millones de dólares al año.
      Sin embargo el perfume no solo es vanidad también es medicina llamada aromaterapia, es una arma de la medicina alternativa. Desde hace siglos se sabe que las plantas tienen poderes curativos.
      Asimismo el perfume es poesía y literatura: Patrick Süskind escribió allá por los años ochenta una novela que posteriormente fue llevada al cine con el mismo título “El Perfume”, (historia de un asesino). Esta novela te hace entrar en un mundo surrealista, cayendo en el género fantástico y de ciencia ficción, sobre todo al final. En ella, describe al detalle un taller de perfumería y a un joven, que anhela hacer la fragancia perfecta, pero al mismo tiempo es capaz de reconocer miles de olores, mientras el no tiene olor. Se da cuenta que el olor que exhala una joven virginal es maravilloso y trata de atraparlo en una esencia. Es tal su obsesión, que comienza a asesinar a jóvenes vírgenes y a quitarles la grasa.
      Por eso podemos decir que la esencia de un perfume transita hacia la sensualidad, la pasión y seducción que da personalidad a quien lo porta.
titama43@hotmail.com
                                                                                                                                               *colaboradora

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