jueves, 9 de agosto de 2012

Tlanextli: a dos años de su nacimiento

Jesús Jiménez Castillo
Tlanextli hizo su aparición en un momento crucial de la vida de nuestro país, precisamente en el año conmemorativo de los 200 años de inicio la Revolución de Independencia, y 100 años de que se originó la lucha armada de 1910. Ambos fenómenos sociales considerados como puntos de inflexión en el curso de la historia nacional mexicana. Precisamente, ese fue el motivo que tuvieron los autores del proyecto de la publicación que hoy celebramos: recordar aquellas fechas históricas al mismo tiempo que se hacia un reconocimiento a todos los mexicanos que lucharon en aras de una nación que ofreciera mayores espacios de libertad, democracia y justicia a nuestros connacionales.
Las transiciones de un siglo a otro han representado también cambios y transformaciones significativos en la vida de nuestro país, es decir, han implicado la aparición de nuevas formas en el discurrir histórico de la vida nacional, de ahí la importancia del nombre que se le ha dado a la revista. La palabra Tlanextli proviene del náhuatl y significa “El amanecer”, “luz”, “un nuevo día” o “aparición de las cosas”; por consiguiente, también le podemos dar un sentido más actual, acorde con los propósitos de la filosofía de la publicación, es decir, señalar el advenimiento de un nuevo tiempo y la necesidad de participar en los cambios necesarios para lograr un mejor estado de cosas para un país agobiado por una crisis que invade, prácticamente, todos los ámbitos de la sociedad mexicana.
Tlanextli nace con la idea de señalar el nacimiento de un nuevo tiempo, que todos esperamos se concretice en una metamorfosis de las formas de vida implicadas en el contexto de un país caracterizado por una rica pluralidad cultural y una diversidad natural, que no hemos sabido aprovechar, pero que constituyen elementos valiosos para impulsar nuestro desarrollo como nación. También, y esto explica la utilización de una palabra autóctona,  se pretende hacer con Tlanextli una alusión a nuestras raíces, a ese pasado grandiosos representado por las culturas prehispánicas, tan presentes en nuestro solar veracruzano, y tan importantes en la definición cultural de nuestra identidad como nación.
Los autores de Tlanextli consideran que no podemos separar lo antiguo de lo moderno y este del imaginario de la llamada postmodernidad, pues la división del tiempo en pasado, presente y futuro, son sólo convencionalismos que utilizamos para aludir a un proceso ininterrumpido del movimiento del universo y de lo que la vida significa en ese discurrir. En este sentido, las diferentes formas de división del tiempo son componentes de un mismo fenómeno que se deben complementar como partes de una historia común y un destino que nos revalorice como especie y como sociedad.
Tlanextli, lo señalan sus editores, es un espacio libre y democrático cuya misión “es divulgar contenidos educativos, literarios y culturales producto de analistas e investigadores  críticos, que provoquen la reflexión en los lectores, y los motive a contribuir en la solución de la problemática social”. Gracias a los avances de las tecnologías de la información y la comunicación, Tlanextli ha trascendido las fronteras de lo local y nacional, pues a través de la Internet y otros medios, su difusión se proyecta también a contextos que están más allá de nuestras fronteras.
Al cumplirse dos años del nacimiento de Tlanextli, nos congratulamos del éxito alcanzado, pues los propósitos iniciales han superado lo esperado: tenemos más lectores, colaborados y una amplia red de vínculos con personas e instituciones que nos permiten presagiar mejores logros en el porvenir.

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