miércoles, 6 de junio de 2012

Hacia dónde va el mundo?

¿Por Ana Lidia Martínez Martínez

Revisar una aportación de Morín titulada ¿hacia dónde va el mundo?, causó al inicio un tanto de consternación al anticipar encontrarme con una narración de sucesos finalistas, tema que no me gusta dedicarle tiempo. Sin embargo, lo que encontré en el desarrollo fue todo lo contrario.

            De manera cotidiana en algunas charlas se advierte la incertidumbre por el futuro y la consecuente afirmación de que los hechos se han dado de tal manera que los impactos serán tales; la lógica empleada se encuentra supeditada a los eventos del pasado, para explicar el presente que como fórmula concluye en un futuro determinado. Como si el devenir de la humanidad fuera mecánico, simplista, exacto, frío y predecible.

            No es posible creer así el mundo. Aunque haya muchas coincidencias de eventos históricos que así han funcionado, pero que no reflejan la evolución a la que estamos llamados por el simple regalo divino de ser homo sapiens y no homo videns. 

            Morín sugiere una esperanza en sus líneas. Un enunciado del que muchos nos hemos sostenido para continuar aportando, creando, haciendo, promoviendo, realizando y disfrutando. Una partícula de nuestra composición corpórea y etérea; con tan solo una partícula que se manifieste distinta a una predisposición enunciativa, basta para modificar un desenlace pronosticado.

            Algún cambio minúsculo que realicemos en el mundo, tiene macro efectos en cada uno de los ambientes vivos y en cada una de las relaciones practicadas. Esperanza! por hacer coincidir muchos de esos encuentros de partículas en buenas personas, porque la materia se vea movida por una voluntad, conciencia, autonomía y libertad de la mano del corazón.

Me creo esa teoría. Sueño con el momento en que seamos más los pro actores desde dentro; desde nuestro espíritu como creadores del cosmos y macrocosmos que anhelamos.

A los vaticinios que agobian y matan toda posibilidad de evolucionar habrá que tener oídos sordos, seamos tierra fértil para aquello que nos de felicidad, amor, libertad y apreciación por la creación. Hacia dónde va el mundo?, cada quien tiene su respuesta. Yo?, apuesto por un mundo mejor.

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