miércoles, 8 de febrero de 2012

La historia de las historietas, caricaturas o “monitos” en el México

Por: Dante Octavio Hernández Guzmán 1ª parte La historieta, cómic, monitos o muñequitos, como también se las llama, tienen una gran importancia en México, estimándose que en su edad dorada (los años 40 y 50), una sola de sus revistas podía alcanzar una tirada diaria de 350.000 ejemplares (con dos ediciones dominicales) y dado que un mismo ejemplar era leído en término medio por cinco individuos, permitieron que por primera vez entre cinco y diez millones de mexicanos compartiesen "en sincronía los mismos deleites culturales". Todavía en 1989, mantenían la capacidad de lectura de un 61 % de la población y constituían el 80 % de las publicaciones periódicas, aunque poco después el propio cómic mexicano (el creado por los autores nacionales) entraría en un período de crisis que dura hasta la actualidad. En cualquier caso, México ha sido el máximo productor de Occidente, en términos cuantitativos. Algunas tradiciones precolombinas, a la que pertenece el Códice Nuttall en escritura mixteca1 y ciertos catecismos náhuatl del siglo XVI, pueden ajustarse la definición de historieta pero dado que "la prefiguran por el lenguaje, pero no por el sistema de reproducción y tampoco por los destinatarios",2 no son consideradas como tales por todos los teóricos, ya que muchos consideran la historieta como un producto cultural de la modernidad industrial y política occidental que surgió en paralelo a la evolución de la prensa como primer medio de comunicación de masas, y buscan la primera historieta entre las reproducidas en ella. La primera historieta publicada en la prensa mexicana es "Rosa y Federico. Novela ilustrada con-temporánea" de José Tomás de Cuéllar/José María Villasana, que vio la luz en el periódico de breve vida La Ilustración Potosina en 1869.3 Otros autores como Jesús T. Alamilla, Daniel Cabrera, Jesús Martínez Carrión, Alejandro Casarín, Constantino Escalante, Juan Gaitán, Rudolph Müller, Noé y sobre todo Santiago Hernández, también desarrollan posteriormente historietas breves donde satirizan a los políticos y a la sociedad del país en general. Durante el Porfiriato (1876- 1911), período de estabilidad y mucho progreso económico en el país, se desarrolla en la prensa del país una nueva historieta de divertimento, más neutra políticamente, obra de autores como Carlos Alcalde, Ernesto García Cabral, Rafael Lillo, Eugenio Olvera, José Clemente Orozco, Santiago R. de la Vega y Julio Ruelas. A causa de la Revolución mexicana, prolifera al mismo tiempo una historieta politizada y belicosa, generalmente conservadora, en la prensa, destacándose series como "Sisebuto" (1909-10), de Pérez y Soto y personajes como Panchito el corto, de Alcalde y Olvera al que el estudioso Armando Bactra considera "nuestro The Yellow Kid autóctono."5. La primera serie periódica de monos fue distribuida, sin embargo, a partir de 1880 por la cigarrería "El Buen Tono" que inserta en cada cajetilla la "Historia de una mujer", una serie de 102 litografías ejecutadas por el pintor catalán Eusebio Planas.4 Posteriormente, también se publican series en la prensa como Don Chepito de José Guadalupe Posada y Aventuras de un tourista (1903-04), de Martínez Carrión, ambas con protagonista fijo. Las historietas publicitarias de "El Buen Tono" ser-ían continuadas a partir de ese mismo año por Juan Bautista Urrutia. McCloud, Scott en Cómo se hace un cómic: El arte invisible, Ediciones B. Barcelona, 1995, pp. 19 a 20, basándose en las interpretaciones del arqueólogo mexicano Alfonso Caso. Bartra, Armando en Piel de papel. Los pepines en la educación sentimental del mexicano, para la Revista latinoamericana de Estudios sobre la Historieta, vol 1, no. 2 (junio de 2001), p. 67. Cardoso Vargas, Hugo Arturo en Rosa y Federico. Novela ilustrada contemporánea, para la Revista latinoamericana de Estudios sobre la Historieta,, vol 2, no. 8 (diciembre de 2002), pp. 240-252. Borí, S. Tres maestros del lápiz de la Barcelona ochocentista: Padró, Planas y Pellicier. Ed. Milla ([La Neotipia]). Barcelona. 1945. Manual de apoyo para el taller Escrito por Raúl Cabello Sánchez. p. 31. En 1922, Juan Bautista Urrutia crea a "Ranilla", un rechoncho fumador que pronto protagoniza sus propios cuadernillos, convirtiénse en el primer personaje auténticamente popular de la historieta mexicana. El "Buen Tono" se asocia con la Cervecería Moctezuma de Orizaba y así los personajes de Urrutia, que siempre se meten en problemas, los resuelven fumándose un cigarro de "El Buen Tono" o bebiendo una cerveza Moctezuma6. Se puede consultar el diario mexicano El Universal Gráfico, de 1927 hasta mediados de la década de 1940 y algunos de los periódicos orizabeños de esa época. Desde principios de siglo, se hace notar la influencia de la historieta moderna estadounidense, surgiendo las primeras series mexicanas con globos de diálogo, líneas cinéticas y onomatopeyas dibujadas, que además se basan argumentalmente en las yanquis: Las aventuras de Adonis (1908) de Rafael Lillo y Macaco y Chamuco, aventuras de dos insoportables gemelos (1912) de M. Torres. A fines del siglo XIX, se empezó a tratar de hacer caricatura política en los periódicos en México, en algunos casos constaba de dos o tres imágenes, pero en la mayoría eran de una sola. Las primeras historietas datan de fines del siglo decimonónico, pero periódicamente empezaron a aparecer en los periódicos a partir de 1908 siendo la que se reconoce como la primera historieta mexicana “Las aventuras de Adonis”, original de Rafael Lillo, quien trabajaba para Rafael Reyes Spíndola y que es publicada por primera vez el 5 de julio de 1808, esta serie se editó durante 6 meses y consta de 25 episodios. En 1911 Reyes Spíndola publicaba un suplemento dominical en su periódico “El Imparcial” con historietas a todo color y globos con mensajes en el estilo de los comic’s norteamericanos como The Yellow Kid, del diario neoyorquino “New York World” editado por Joseph Pulitzer. Posteriormente existieron varias tiras de historietas que aparecían en distintos periódicos como la de “Mamerto” que se cree que fue donde vio y sacó su personaje Cantinflas. Uno de los de mayor difusión fue el periódico “El Buen Tono” que incluía historietas en sus contenidos. En la segunda década del siglo ya hay varios suplementos dominicales con sección de monitos, muchas de ellas basadas en series estadounidenses, que empiezan a presentar un amplio abanico de personajes típicos mexicanos como los charros aunque todavía se ignora a los pueblos autóctonos7. Son Don Catarino y su apreciable familia y Chon y Smith, ambas creadas en 1921 por el guionista Carlos Fernández Benedicto para El Heraldo de México, a las que seguirán Mamerto y sus conocencias (1925), El señor Pestaña (1927), Adelaido el conquistador (1928) y Segundo I, Rey de Moscabia (1934) en El Universal8 periódico éste que las había encontrado gracias a un concurso convocado ex profeso9. Otra serie destacada es Chicharrín y el Sargento Pistolas, publicada desde 1936 en el diario Excélsior10. De Valdés, Rosalva en "La historia de los comics mexicanos: El progreso de la industria y de la aceptación del arte gráfico-narrativo" para la Historia de los Comics, volumen IV, fascículo 43, Editorial Toutain, Barcelona, 1984, pp. 1199 a 1204. Idem Ibidem Ibidem Pero es hasta la década de 1930 a 1940 cuando inicia el crecimiento de las historietas en México, surgen las primeras revistas de historietas como “Paquín” (1934) con historietas algunas en serie otras unitarias extranjeras de corte infantil editada por Francisco Sayrols que según la dirigía “a personas entre 100 meses y 100 años de edad”. Debido al éxito y a la competencia con otros títulos en 1937 la editorial se vio obligada a sacar un nuevo título al que nombró: “Paquín Chico”. Pero vayamos por partes, tras la estela del rotundo éxito de la revista Paquín (Editorial Sayrols 1934-1947), que publicaba sobre todo material estadounidense en diferentes formatos, otros empresarios privados se lanzarían a la conquista del mercado nacional lanzando otras revistas misceláneas como Paquito (Editorial Juventud, luego Panamericana, 1935), Chamaco (Publica-ciones Herrerías 1936-1957) y, con dirección de Ramón Valdiosera Berman, Pepín (Editorial Juventud, luego Panamericana 1936-1958), que cuentan con tiradas de más de medio millón de ejemplares e historietas predominantemente mexicanas, como A batacazo limpio, Rolando Rabioso de Gaspar Bolaños, Los Supersabios de Germán Butze o Adelita y las guerrillas de José G. Cruz. La Secretaría de Educación Pública y varias asociaciones católicas también editan sus propias revistas. Determinadas características apartaban a los "pepines" (pues así se conocía coloquialmente a todas estas revistas) de los estándares del cómic internacional Su formato extremoso: 28 por 43 centímetros, los grandes, y 12 por 15, los chicos; su impresión en una sola tinta, con frecuencia sepia o verde; su proclividad al mediotono y al collage; su frenético ritmo: algunos aparecían todos los días y dos veces los domingos; su carácter misceláneo y finalmente su creciente orientación al público adulto. Ya en la siguiente década tendrá lugar la edad de oro del cómic mexicano. Memín Pinguín (1945) de Yolanda Vargas Dulché y Sixto Valencia, La Familia Burrón (1948) y Los Superlocos de Gabriel Vargas, entre otros ejemplos, dan testimonio de ello. En el cultivo del grafismo realista destacan Adolfo Mariño Ruiz y José G. Cruz que cultivan el western y el melodrama respectivamente. En este último subgénero, la revista más popular es Lágrimas, Risas y Amor, cuyas historias serían adaptadas a cine y televisión. Y es que "la historieta del medio siglo no puede dilucidarse sin ubi-carla en su circunstancia, sin rastrear influencias, préstamos y traslapes de otros medios", porque era ""parte indisociable de un continuo transmediático formado por el cine, la radio, la música grabada y en menor medida la menguante revista teatral". En 1949 se funda también la Editorial Novaro, cuya gran innovación será la introducción del formato estadounidense del "comic book". Pronto se dedicará a difundir material de importación estadounidense por toda Latinoamérica y España, complementándolo con cómics de producción autóctona y finalidad didáctica como Vidas Ejemplares (1954), Vidas Ilustres (1956), Leyendas de América (1956), Tesoro de Cuentos Clásicos (1957), Epopeya (1958) o Lectura para Todos (1959). Se convirtió así en el sello "más prolífico e importante de cuantos se han dedicado a la historieta en México y, por extensión, en todos los países de habla castellana". De los clásicos norteamericanos que introducen están Roy Rogers, Hopalong Cassidy, Gene Autry y su esposa Dale Evans, El Llanero Solitario y su inseparable Toro, todos de corte vaquero; los Halcones Negros, con reminicencias de la guerra de Corea son 7 paramilitares que vuelan en pro de la justicia y son de varias nacionalidades, posteriormente editorial la Prensa sacó a los Halcones Negros con otros nombres de sus protagonistas y distinto dibujante y Novaro produjo El Halcón Negro con el dibujante original y argumentista; Lorenzo y Pepita de corte familiar pero típica familia de clase media americana; Archi y sus amigos; Supermán, Batman, La Liga de la Justicia con ellos y además La Mujer Maravilla, Linterna Verde, Atom, Flecha Verde, Acuamán y otros héroes de ciencia ficción; pero no podemos dejar de lado las delicias de los niños de mi época: Las Aventuras de Walt Disney, con sus personajes: Mikey Mouse, Pato Donald, Daisy, Mimí, Tribilín, Pluto, Clarabella, Rico Mac Pato, la Abuela Pata, Ganso Coco y un sin número de personajes creados por el ingenio de Disney y su equipo de colaboradores. Por otra parte tenemos también de Warner Bros. A: Bugs Bunny, Porky y sus amigos, El Corre Caminos, Pato Lucas, etc.También el sello La prensa produce varias historietas como la de Clásicos Ilustrados, que tienen gran aceptación dentro del público juvenil y adulto. Mención aparte sería La Pequeña Lulú y Tobi, Archi y sus amigos que todavía existen las versiones en inglés, Lorenzo y Pepita, y otros que hicieron las delicias de los niños de mi generación. Ya en los años 50, surgen nuevos formatos, como la historieta novelada de ancho lomo, que pre-senta relatos completos de 250 o 300 páginas, y temáticas diversas (policiacas, de amor, vaqueros, etc.), como las revistas de contenido erótico editadas por Adolfo Mariño Ruiz, las historietas de vidas religiosas y las protagonizadas por luchadores, como "Santo, una revista atómica", obra del José G. Cruz, que también edita Currito de arrabal. En 1956, los esposos Yolanda Vargas Dulché y Guillermo de la Parra fundan también su propia editorial, dando origen finalmente al Grupo Editorial Vid. En 1935, el Coronel García Valseca editor del periódico deportivo ESTO, sacó una revista llamada “Paquito”, cuyo tiraje llegó a alcanzar los 320 mil ejemplares diarios, misma que dejó de publicar en 1954. Un poco después de la publicación de “Paquito”, García Valseca editó “Pepín” que traía las series internacionales de comic’s como Dick Tracy, Mandrake El Mago, Terry y los Piratas, entre otras. A esta revista coloquialmente se les llamaba “pepines” y su lema era: “Pepín El chico más famoso del mundo”. En 1936, aparece la revista “Chamaco” nombre que se le asigna por el apodo de su editor, Ignacio Herrerías, su costo inicial fue de 10 centavos llegando a costar den los años cuarenta 25 centavos. Fue la cuarta revista de historietas en México de carácter de producción industrial y la primera con un tamaño de cuarto de tabloide formato inusual en México; después de lanzar “Chamaco Chico”, la revista se convirtió en semanal, posteriormente la publicaron dos veces por semana, después tres, hasta llegar a ser las publicaciones diarias, lo que para variar y mejorar la oferta para los mexicanos, lo imitaron las demás publicaciones. Para 1939, nace “Rolando Rabioso” queriendo parodiar el nombre de la épica novela de caballería Orlando el Furioso, su autor fue Gaspar Bolaños, que con el tiempo se consideró un homenaje humorístico a los libros de caballería, en la historieta el príncipe Rolando es fielmente acompañado de su escudero “Pitoloco” que en las primeras versiones era llamado “Velocípedo”. Es una clara sátira de la historieta de Hal Foster “El Príncipe Valiente” que fue llevada al cine con la actuación de Robert Wagner en el papel del príncipe; la historieta se mantuvo hasta la muerte de su creador en el año de 1972, siendo la única que escribiera y además durante años apareció en el suplemento dominical de Excélsior en forma de entregas por semana al igual que muchos comics norteamericanos. Otra historieta mexicana que fue un éxito fue la de “Los Supersabios”, creación de Germán Butze, con las historias de sus personajes Panza, su mamá Doña Pepita, el Abuelo, los científicos e inventores jóvenes Paco y Pepe, Polita la novia de Panza, y su archienemígo “El Médico” Solomillo, se publicaba inicialmente en el año de 1953 en fascículos quincenales, posteriormente se editaron semanariamente. Después de la muerte de su autor, editorial Joma la reimprimió entre 1969 y 1972, igualmente para el periódico Novedades en 1978. Una historieta sin parangón, es la publicada por Gabriel Vargas quien es considerado como “el mejor historietista de México de todos los tiempos”, nos referimos a “La Familia Burrón”, que es un retrato de la familia mexicana de clase media baja que vivía en las colonias populares de la ciudad de México entre los años 40 y 50 del siglo pasado. Las historias narradas han deleitado a más de tres generaciones de mexicanos con sus personajes: Don Regino, Borola, sus hijos: Macuca, Regino Chico y Foforito, sus familiares y amigos: Doña Cleta Tacuche, Avelino Pilongano, Ruperto Tacuche, El Tractor, entre otros. A la fecha se han vuelto a publicar en colecciones de pasta dura. Una serie de atracción para el género femenino fue “Lágrimas y Risas” en la que se desarrollan historias desfilando varios personajes y nombres como: Rarotonga, El pecado de Oyuki, Carne de ébano, Sangre Esclava, Yesenia y muchas más, siendo algunas llevadas a la televisión como El Pecado de Oyuki con Ana Martin (1988) producida por Televisa y Yesenia con la fallecida Fanny Cano y Jorge Lavat producida por Valentín Pimstien para Telesistema Mexicano en 1970. Se efectuó una segunda versión en 1987 con los papeles protagónicos de Adela Noriega y Luis Uribe producida para Televisa por Irene Sabido. Pese a la fiebre que la historieta provocó entre los años treinta y cuarenta, su auge disminuyó pero en años posteriores resurge nuevamente a partir de 1960. Una revista que cambió el tipo de personajes justicieros fue “El Santo” creada por José G. Cruz a partir del personaje del luchador, a quien el historietista lo convierte en héroe, este personaje es imaginado por José Guadalupe Cruz y realizado por José Trinidad Romero, quienes por primera vez utilizan la técnica mixta de dibujo y fotomontaje, creando junto al Santo otro personaje que es media novia, media amiga y media protectora Kira la maga. La serie de historietas se editó en el año de 1952 cuando Santo era un luchador de renombre y dio pauta para la idea de la proyec-ción de la imagen de “El Enmascarado de Plata” en el cine, filmándose 53 películas con las aventuras del luchador enmascarado, una anécdota es que inicialmente quisieron llevar al cine la película “El Enmascarado de Plata” con el luchador El Médico Asesino –lo que mencionamos más adelante-, pero dicha película no tuvo éxito, aun la pasan por televisión en los días que exhiben películas de luchadores. A la fecha la Leyenda de El Santo continúa gracias a la conservación del mito al través de su hijo y la mercadotecnia creada en torno a la figura. Aunque hubo una época en que se hicieron dos revistas del Santo al separarse José G. Cruz y El Santo, por lo que aparecía una imagen de El Santo con una “S” en la frente de la máscara, pero sin éxito, desapareciendo al poco tiempo del mercado. Actualmente existe la edición de 19 ejemplares que editó El Hijo del Santo y que los venden en su Boutique de El Santo ubicada en la Colonia Roma y otra que tiene en el Aeropuerto Benito Juárez de la Ciudad de México, presentándola en el congreso internacional del comic celebrado en el año de 2010 en el Word Trade Center de la ciudad de México. Ha filmado dos películas: EL Santo y El Hijo del Santo. El Enmascarado de Plata debió debutar en el cine en 1952. En aquel año, la popularidad de la lucha libre en México iba en aumento gracias a las primitivas transmisiones de este deporte-espectáculo por la televisión. Al mismo tiempo, las historietas protagonizadas por Santo, el En-mascarado de Plata -impresas en papel color sepia- invadían los puestos de revistas de todo el país y vendían miles de ejemplares cada semana. Pocos años después, el tiraje de las aventuras de Santo llegaría a más de un millón de revistas semanales. El 14 de enero de 1952 comenzó el rodaje de la primera cinta mexicana ambientada en los cua-driláteros: La bestia magnífica (Lucha libre), melodrama del director Chano Urueta, protagonizado por Crox Alvarado, Wolf Ruvinskis y Miroslava. Ese mismo año se filmaron tres películas más sobre la lucha libre: El luchador fenómeno, comedia de Fernando Cortés protagonizada por Resortes; Huracán Ramírez, de Joselito Rodríguez, con David Silva como el luchador enmascarado; y El Enmascarado de Plata, serie de episodios dirigida por René Cardona y escrita por Ramón Obón y José G. Cruz, este último el ya mencionado creador de la famosa historieta protagonizada por el Santo. Debido a circunstancias poco precisas, Santo no fue el protagonista de El Enmascarado de Plata y su personaje fue interpretado por el también famoso luchador El Médico Asesino. De las cuatro películas mencionadas, El Enmascarado de Plata fue la que sentó las bases para el desarrollo del género de luchadores en el cine mexicano. Con sus rostros ocultos detrás de máscaras, los prota-gonistas de las cintas de luchadores se convirtieron en campeones de la justicia, al más puro estilo de algunos super-héroes de los comics norteamericanos como El Fantasma (The Phantom), personaje enmascarado que luchaba infatigablemente contra el mal, creado por Lee Falk en la década de los treinta. En sus aventuras, los enmascarados se enfrentaron por igual a psicópatas asesinos que a mons-truos del espacio, maléficas hechiceras, gángsters internacionales, mujeres-vampiro, momias sedientas de venganza, científicos enloquecidos o contra todos a la vez, siempre buscando el triunfo de la ley y la justicia. El anhelado debut cinematográfico de Santo ocurrió en 1958 con dos películas filmadas en Cuba y producidas por los hermanos Rodríguez: Santo contra el cerebro del mal y Santo contra los hom-bres infernales. A pesar de la inmensa popularidad del personaje, los productores aún no creían que pudiese convertirse en un imán de taquilla, por lo que la realización de ambas cintas denota un enorme descuido y grandes dosis de improvisación. Como mera curiosidad, cabe señalar que el rodaje culminó un día antes de que Fidel Castro entrara en La Habana y declarase el triunfo de la Revolución. Es de mencionar que en Francia las películas filmadas por El Santo se han conver-tido en películas de culto por lo ¿mal hechas con la idea que fueron intencionalmente sus de-fectos llevados a la cinta. Una publicación que cambió el concepto de aventuras fue la revista “Chanoc”, es la historia que se desarrolla en las playas mexicanas del pacífico en un utópico pueblo llamado Ixtac, donde un joven pescador y su padrino llamado Tsekub Baloyán se ven constantemente envueltos en diversas aventuras. Esta historia inicialmente fue creada por Martin de Lucenay y el historietista Ángel Mora. A la muerte de Lucenay después de haber editado 17 números, Pedro Zapiain Fernández continúa la historia cambiando el personaje de Tsekub por uno más caricaturesco ya que en las primeras revistas aparece como un hombre viejo y serio. Aparece por primera vez en octubre de 1959 durando su publicación veinte años, en los años setenta se hicieron varias versiones en el cine, actuando como “Chanoc” Andrés García, en otras uno de los hermanos Gurza interpreta el papel del Chanoc sin éxito, el papel de Tsekub lo hizo un decadente Germán Valdés “Tin Tán” en las cintas “Chanoc en las Garras de las Fieras” (1970), “Las Tarántulas” (1971) y “Chanoc contra el Tigre y el Vampiro” (1971). Otra revista mexicana de un místico superhéroe fue “Kalimán” cuyo lema era: “El hombre increíble”, creada por Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González, inicialmente se hicieron guiones radiofónicos con gran éxito de las transmisiones, siendo en el año de 1965 que se deciden a elaborar la historieta que dura 26 años sin interrupción con ediciones hepdomadarias que sumaron 1351 números, su guionista fue Víctor Fox. Kalimán inició como un programa de radio el 16 de septiembre de 1963. Las series se siguen transmitiendo por RCN (Radio Cadena Nacional) en México, D.F. y en otras estaciones de provincia en México y otros países. A la fecha, son más de 30 series con miles de capítulos de media hora que han sido transmitidos. En principio, Radio Cadena Nacional, S.A., bajo la dirección de Rafael Cutberto Navarro Huerta, produjo la serie. Los actores y reparto fueron: el célebre Luis Manuel Pelayo en la voz de Kalimán,

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