lunes, 12 de diciembre de 2011

HACIA UNA NUEVA CULTURA O ALTERNATIVA DE SALUD

Benito Carmona Grajales Si tuviéramos a la mano las estadísticas sobre causas de incapacidad, ausentismo laboral, y muerte de personas adultas, nos daríamos cuenta de lo alarmante que resulta la realidad en que vivimos. La salud, pese a que es “el mayor tesoro”, según decimos todos, es la parte de nuestra existencia que más descuidamos. La obesidad, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, son las principales causas de muerte en los países occidentales. Estados Unidos y México son el más claro ejemplo. Para muestra basta mencionar que entre ambos se compite por el primer lugar en obesidad a nivel mundial. El creciente aumento de otros padecimientos como Alzheimer, Parkinson, gota o exceso de acido úrico, lupus y otras enfermedades que antes eran poco conocidas, nos ponen a pensar que cada día crece la posibilidad de que cada uno de nosotros caiga presa de alguno de esos males. Pero, lo que más debiera alarmarnos, no es en sí la existencia de esas enfermedades, sino la poca preocupación de las personas por detenerlas, aun cuando saben del peligro al que estamos expuestos. Cuando vemos el mal en los demás pensamos que a nosotros nunca nos llegará. Nos pasa como cuando vemos que alguien se accidentó y yace grave en un hospital; sentimos que eso no es para nosotros. La falta de atención ante los peligros nos pone en una situación desfavorable; cuando enfermamos de gravedad, queremos cambiar el mundo en unas cuantas horas, cuando debimos haberlo prevenido: No tenemos la cultura de la prevención. No cuidamos la alimentación y, aunque ya estemos obesos, pensamos que el infarto es un peligro para el vecino, mas no para nosotros. Al respecto, mucho se debe a la ignorancia. La cultura adquirida deja bastante qué desear: No faltan especialistas de la alimentación o nutriólogos que ignorando el daño que puedan producir algunos productos, los recomiendan en sus dietas. Hemos encontrado en las listas de alimentos recomendados en libros, por ejemplo, a la margarina, cuando sabemos el daño que puede producir el consumo de estas grasas hidrogenadas. Si queremos estar sanos debemos vivir alertas frente a lo que adquirimos en las tiendas: podríamos ser víctimas de la publicidad que nos invita a comprar carbohidratos en exceso, grasas no recomendables o productos con exceso de sal; independientemente de los alimentos basura o de los que contienen conservadores, colorantes, saborizantes artificiales y otras sustancias químicas de dudosos efectos. Nuestros textos pretenden ser una guía sencilla para mantener o adquirir la salud. aquí encontrarás una verdadera alternativa para lograr el bienestar que tanto se anhela. Partimos de una filosofía práctica y de fácil entendimiento, sin detrimento de tu libertad. Sus principios son accesibles, con un mínimo de disciplina. Para nosotros lo que importa es una actitud abierta a cambios paulatinos que no alteren tu vida actual. Se trata de una cultura progresiva, de pequeños actos que a la larga sean una verdadera y sorprendente transformación. No se trata de sacrificios, sino de una nueva visión que te haga feliz desde los pequeños logros hasta alcanzar metas superiores. Además, disfrutarás el placer de ampliar tu horizonte cultural que podrás compartir con tus amigos, quienes, al igual que tú, encontrarán sus propias alternativas de bienestar. Lo que aquí exponemos puede ser tan antiguo como la humanidad; pero también contiene el sustento de algunos descubrimientos recientes y estudios pocos difundidos todavía. Por lo tanto, pudiera ser que algunos conocimientos aún no sean dictados en algunas universidades. Las fuentes van desde prácticas de salud de la tradición de los pueblos, hasta los últimos libros de investigadores cualificados; lo cierto es que te encontrarás con verdaderas sorpresas en la innovación de la cultura de la salud y con un panorama de amplia experiencia científica. Estos conocimientos nos han convencido de sus bondades al ponerlos en práctica y han hecho de nuestras vidas un remanso saludable y de mejores expectativas. Ahora podemos coadyuvar con la labor de nuestros médicos, si es que lo permiten, en sus tratamientos. Ellos seguirán salvando vidas y compensarán nuestros descuidos cuando estos ocurran, porque no somos perfectos. Sin embargo, si aplicas los principios de estos textos, te ahorrarás horas de quirófanos, medicaciones y trámites engorrosos. La comunidad te lo agradecerá porque hay carestía de medicamentos y le harás justicia a la naturaleza que pide a gritos que vuelvas a ella para hacerte feliz. Por último, independientemente de la fe que practiques y cuáles sean tus creencias, recuerda que existe una magna energía que lo armoniza todo. Hay una mente universal que espera que tu mente trabaje en un nuevo y eterno ideal de salud y bienestar. Se avizora un puerto al que debemos de arribar mientras navegamos en este hermoso mar de esperanzas. Prepara tus remos, porque tu cerebro y tus brazos tendrán la fuerza que necesitas. No te pierdas la oportunidad de leer los artículos que este periódico te ofrecerá para adoptar una mueva cultura de la salud. Hasta la próxima. Fraternalmente: Benito Carmona Grajales

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