sábado, 10 de septiembre de 2011

El proyecto personal de vida

Gilberto Nieto Aguilar
El hombre es capaz de organizarlo todo: desde una complicada macrocomputadora como las del pentágono o la NASA, hasta una PC casera; desde la sociedad que le rodea hasta una familia; desde un evento nacional hasta una simple “pachanga” de amigos. El hombre ordena los procesos tecnológicos y organiza a la sociedad con apoyo de la ciencia y su increíble inteligencia.
Esta capacidad humana para organizar es utilizada en todo menos en lo más importante: organizar la propia vida. Por lo general no hay un proyecto personal de vida para alcanzar metas y propósitos claros, precisos, viables, con significación individual, que dé coherencia a la vida y permita delinear un determinado estilo en el hacer, en las relaciones humanas, en el modo de ver y entender la vida.
Esta dirección para encauzar la vida a partir de un conjunto de valores y conocimientos de sí mismos, es importante para valorar las múltiples situaciones de la existencia, sobre todo en aquéllas que deciden su futuro, como son el estilo de vida, las preferencias sexuales, la profesión o actividad laboral, la integración de una familia, etc. Quizá la mayor dificultad para elaborar el proyecto de vida radica en tener que tomar una decisión, en tener que elegir una dirección fundamental eliminando otra u otras direcciones fundamentales, en un ambiente que puede crear la impresión de incertidumbre entre lo que se desea por decisión propia, por influencia externa o lo que dicta la razón y el sentido común.
Sin proyecto de vida se vive sin rumbo, a la deriva, sin sentido. Es el drama de mucha gente con vacío existencial. La vida carece de sentido, viven por vivir, soportando una existencia gris. La falta de metas y aspiraciones puede encaminarlos por senderos tortuosos de inestabilidad emocional, drogas, vaciedad, depresión, insatisfacción, infelicidad.
Para organizar la vida es necesario saber qué se quiere y hacia dónde se va. Una persona que prepara su proyecto de vida, se prepara para triunfar, sobre todo cuando es joven. A un adolescente o a un joven, hombre o mujer, que se inicia en el mundo laboral, pueden planteársele algunas preguntas, como por ejemplo: ¿En dónde te gustaría estar dentro de 5 ó 10 años? ¿Cómo te gustaría ser? ¿Qué preferirías estar haciendo? ¿Cómo te gustaría vivir, qué calidad de vida te gustaría disfrutar? ¿Qué estás dispuesto a hacer para lograrlo? Son buenas preguntas para que un joven inicie la reflexión que lo lleve a los primeros planteamientos.
También podríamos preguntarle: <<¿cómo te gustaría vestir, a qué te gustaría dedicarte, qué tipo de personas te gustaría frecuentar, qué pasatiempos te gustaría tener? Deja volar tu imaginación y describe ampliamente cómo te imaginas que podrías ser tú dentro de 5 ó 10 años. Incluye diversas edades, actividades cotidianas, personas importantes para ti, cosas que te gustan o te disgustan, lo que consideras más importante en la vida, la lista de tus virtudes y tus defectos, como capital para iniciar la empresa más importante que hayas imaginado>>.
Ahora debes iniciar una comparación entre lo que eres y haces actualmente y lo que quieres llegar a ser y hacer en el futuro. Describe en pocas palabras los aspectos que consideras que debes trabajar para convertirte en la persona que deseas ser y recuerda el viejo refrán que dice que "un largo viaje empieza con el primer paso". Planear la vida permite ubicar en forma más clara tus posibilidades dentro de un contexto real, para que tu actitud se proyecte hacia el futuro.
Después de comenzar una serie de reflexiones, conviene considerar elementos como la toma de decisión, la asertividad, los valores, la autoestima, la solución de problemas de la vida, para ayudar a los adolescentes a definir su nivel de aspiraciones y las posibilidades de cumplirlas, partiendo de su propia realidad, de sus capacidades y preferencias, de sus sueños y de la importancia de tomar con sinceridad y seriedad el asunto, para enfrentar sus miedos con valor y determinación. Si lo piensan, si lo imaginan, tienen posibilidades de lograrlo.
Un Proyecto de Vida es un esquema que facilita el logro de metas, ya que en él se describe lo que se pretende llegar a ser y los resultados que se quieren obtener. No importa la edad, si las metas y propósitos son coherentes. Alguien puede elaborar su proyecto de vida pensando en la jubilación. Otro más puede aspirar a cambiar de empleo o a iniciar una serie de ascensos a través de la capacitación o el estudio de una profesión. Otros, quizá, comiencen una nueva vida ante la pérdida de un ser querido o una separación conyugal. Todo es posible mientras la persona no se abandone ni pierda su deseo de vivir con dignidad y provecho.
Llegar al final de la vida satisfechos de haber vivido plena y satisfactoriamente es una de las razones principales del ser humano, y la mayor parte del tiempo se invierte en este esfuerzo. Por eso, mientras más temprana sea la reflexión sobre el asunto, mayores posibilidades habrá de alcanzar las metas, dentro de un proceso de ajustes, enmiendas y cambios de sentido que deben hacerse para alcanzar las aspiraciones personales.
gnietoa@hotmail.com

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