miércoles, 9 de febrero de 2011

UN POCO DE ETERNIDAD. . . DE LAS HOJAS. . .

Poemario al amor.. . . y a la mujer indígena
La creación literaria tiene sus propios caminos. No siempre son los mismos. Y lo creado no siempre llega al lector en la secuencia  en que su creador lo plasmó en el papel. En distintos autores, de épocas también diversas, esto es lo que ha ocurrido. Es el caso de nuestro poeta náhuatl Juan Hernández Ramírez, de quien este periódico ha dado a conocer un poco de su producción. Ya se ha dicho aquí que tres de sus libros de poesía están escritos y publicados en versión bilingüe náhuatl-español. En este número de Amanecer  se abordará el texto que reúne poesía cuya  presentación está únicamente en español. Se trata del conjunto titulado Eternidad de las hojas que, de acuerdo a lo que el autor nos ha dicho, contiene composiciones elaboradas desde hace varios años, y que ahora decidió se editaran. El libro salió de las prensas en marzo de 2010.
Eternidad de las hojas  contiene 51 poemas y nueve poemínimos  dedicados en su mayor parte al amor. Sin embargo, el poeta da siempre un espacio a su origen, a lo suyo, a su cultura. Es así que en este poemario incluye una hermosa creación, juzgue el lector, dedicada a la mujer, pero a la mujer indígena, a la mujer descalza, a la mujer que anda en los caminos serranos, de tierra pura, de polvo.  Éste es el amor, el amor a la mujer originaria, que puede ser nuestra madre, nuestra compañera amada, nuestra hija o nuestra hermana. Nuestra hermana en la sangre, en el tiempo y en el compromiso de unidad. Nuestra madre a la que debemos todo, a quien debemos la vida; la madre mujer, la madre tierra, la madre diosa.
Pies de india es un poema que se escribe con letras de amor, con el alma en la mano, con el corazón abierto, con el puño en alto. Es un poema que desgarra, eleva, incita, angustia, mueve las emociones y  los sentimientos más profundos. Pies de india pertenece a la mejor tradición de la literatura americana.
PIES DE I NDIA
Juan Hernández Ramírez
Pies de mariposa
que vuela
en los caminos
del polvo.
Pies de brisa
que fragua
el barro
y pinta el tiempo.
Pies de terroso color,
alforja de guijarros
que se agrietan
en los andares.
Pies desnudos,
cuarteados por el viento.
Pies que se esconden
en el polvo del sendero.
Pies de silencio
y andar menudo.
Pies de espinas,
yerba y cantos silvestres.
Pies que arañan cementeras
mimando granos
en el vientre de la tierra.
Pies de marchas,
pies de impulso
que funde el barro
con la vida, con la muerte.
Pies de india,
flores silvestres,
sombra de magueyes
y caricias de ortigales.
Pies de india,
vereda llena de silencios
en la libertad de los montes
en el camino del tiempo.

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