miércoles, 8 de diciembre de 2010

Editorial

Una de las razones que dan fundamento a esta publicación es la celebración del Bicentenario de la Independencia Nacional  y del Centenario de la Revolución Mexicana. Esos dos movimientos emancipadores, junto con el de la Reforma, dan sustento a la nación mexicana, no obstante las desviaciones y la falta de cumplimiento a todas las metas en las que debería desembocar cada uno de ellos. Las celebraciones debieran consistir en destacar los hechos relevantes de esas gestas, por lo menos, y en revisar lo que falta por hacer para continuar o enderezar el camino. Algo de eso se ha estado haciendo, pero no lo suficiente, y no en cuanto a reconocer las cosas como han sido. Se ha dado mayor énfasis a eventos de feria. Y tal parece que hay una campaña para lo contrario. Hay una premura por hacerle sentir a la gente que estos movimientos fueron un fracaso y se trató de derramamiento de sangre sin más, como ha dicho por TV Azteca el comunicador Sergio Sarmiento, respecto a la Revolución Mexicana en particular. Y como lo ha dicho también uno que otro historiador.
Cada uno de los números de Tlanestli tiene contenidos relativos a los temas a los que nos referimos anteriormente. Esta edición tiene un artículo sobre “Los movimientos por la independencia antes de 1810”, es decir, los movimientos precursores de los hechos que se desencadenaron a partir del Grito de Dolores, escrito por el maestro Dante Octavio Hernández Guzmán de la Ciudad de Orizaba. Otro artículo relacionado con estos temas se titula “La educación rural que impulsó la Revolución Mexicana”, escrito por el Subdirector de este periódico. En este texto se comentan las creaciones pedagógicas que tuvieron lugar entre 1920 y 1940, periodo de reconstrucción de la Revolución Mexicana, las cuales fueron invención de mexicanos.
Encontrará el lector una colaboración con el nombre de “Los propósitos educativos que vienen de fuera”, escrito por el Lic. Ariel López Álvarez, que se refiere en lo específico a un libro reciente del periodista Andrés Oppenheimer titulado ¡Basta de historias! El autor de este artículo nos hace ver, precisamente, que sino analizamos lo que leemos en los libros y lo que nos dicen en los periódicos, la televisión u otros medios, corremos el riesgo de tomar como cierto todo lo que caiga en nuestras manos y en nuestra mente, sin que sea eso lo más adecuado.
 El maestro Marcelo Ramírez Ramírez, con el estilo  que le caracteriza en el buen escribir, nos entrega en esta ocasión una lectura con el nombre de “El resplandor del poder”, que es el título de una novela política de Alfredo Bielma, de la cual hace un análisis. Nos dice que el autor de la novela muestra “el lado existencial de la política. . . el carácter ilusorio del poder cuando éste sirve únicamente a la ambición egoísta”.
Un tema intencionalmente recurrente es el que se refiere a las culturas indígenas. Apenas unos primeros esbozos de un amplio universo. El poeta Juan Hernández Ramírez ha dado a los lectores uno de sus poemas sobre Nezahualcoyotl, una reflexión de despedida al amigo que se fue, con la cosmovisión que da la cultura náhuatl, y ahora nos lleva a hacer un breve recorrido por “La literatura indígena contemporánea”, en la que se refiere a ésta como una manera de pintar el mundo a través de la palabra oral o escrita.
En este número aparecen dos trabajos de creación que recuperan hechos e imágenes del entorno. Se incluye el relato “Zenobio” del maestro Samuel Nepomuceno Limón, que trata del buen recuerdo que lleva un docente cuando se percata de cómo los alumnos descubren el conocimiento estimulados por el maestro. De igual manera, nos acercamos al cuento “La mejor tecnología de punta”, del Lic. Rodolfo Calderón Vivar, quien elabora una trama a partir de la carrera del momento por alcanzar más grados en los estudios, para engrosar un curriculum que permita a cualquier trabajador ser reconocido por sus títulos, más que por sus saberes y habilidades. En esta carrera el recurso principal es la computadora, medio de la tecnología avanzada, que en un momento es imposible utilizar porque se interrumpe la energía eléctrica de la cual depende.
En terrenos de la historia cultural, Ohtli L. Enríquez González nos entrega el artículo “La consolidación del estereotipo de lo jarocho desde la radio en la década de 1930”, donde nos dice, entre otras cosas, que “Por su enorme acomodo a los distintos cambios y lugares, la radio ha impactado con una magnitud asombrosa, a tal grado de modificar la discursividad y renovar lo que se debe decir y lo que se debe escuchar”.
Va también en esta edición el Testimonio sobre Don Manuel Parra, coronel retirado que era dueño de la Hacienda de Almolonga, lugar situado entre Xalapa, Alto Lucero, Actopan, Tepetlán y Naolinco, y que entrega a los lectores el maestro Juan Martínez María ( quien radica actualmente en Tantoyuca), como producto de su interés por el rescate de la historia oral.
Referente al ámbito educativo, en un acercamiento a la problemática inherente a la tecnología, Angélica y Lourdes Moreno Salazar plantean un tema relacionado con “La revolución tecnológica y su impacto en la cultura”. Por su parte, dentro de la filosofía de la calidad implementada a la educación, Víctor M. Vásquez G., propone un “Enfoque en los procesos: oportunidad de mejora continua para la educación”.
Con estas reflexiones llegamos al último mes del año, por lo que desde nuestras páginas enviamos un saludo afectuoso a todos los colaboradores de Tlanestli, a los suscriptores, y a los lectores de diferentes puntos del norte de la entidad, como son los casos particulares de Platón Sánchez, Tantoyuca, Tuxpan y Poza Rica, así como a los de la zona centro de las ciudades de Xalapa, Ciudad Mendoza y Veracruz, al igual que al grupo de colegas que radica en la Ciudad de Jáltipan, al sur del estado. A todos ellos y a sus familias les deseamos una feliz navidad y un venturoso año 2011.

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